Esencialmente hermosa
Ser amada es ser esencialmente hermosa.
Es que el lunar en el hombro sea visto por él como una piedrecilla de ónix
engarzada en la piel
Es que la cicatriz en el vientre sea un bordado de hilo de seda rosa que señala el camino de sus besos
Que puedas despojarte de todos los temores que da la imperfección
porque cada centímetro de tu cuerpo es parte de su amor,
porque cada una de tus células le pertenece,
porque eres suya como son suyas sus propias manos,
su propia piel, su propio cuerpo.
Hablando de la mujer que ama, un amigo me confió:
"No es que mi pensamiento la disfrace ni la transforme.
Ella es así y así la veo. Son sus ondas de luz las que me llegan,
es su olor y su voz y su manera de moverse, las marcas en las comisuras
de su boca, su agitación cuando camina rápido, sus enojos repentinos,
sus celos, sus ganas de que la abrace, su miedo a envejec
Y lo que nos pertenece lo cuidamos, lo protegemos,
lo salvamos airosamente de las comparaciones
Me da ternura ver cómo se cubre el vientre porque cree que puede parecerme ridículo.
Obviamente hay mujeres hermosas, jóvenes, perfectas, fácilmente abordables…
pero sólo las veo, no las miro.
Es como ver pasar una nube de mariposas o un ramo de flores.
Alegran un momento los ojos, pero uno no se enamora de la nube o el ramo".
Le pregunté a mi amigo si él cree que todos los hombres sienten así.
Y él me respondió con otra pregunta: "¿Cómo sienten las mujeres?".
Oh, nos gusta mirar a Bratt Pitt,
pero el corazón se apura en nuestro pecho cuando vemos que viene caminando hacia nosotras el hombre que queremos.
Es por él que me angustio cuando tarda en llegar,
que me da miedo si discute con alguien.
La marea de su mirada me da tormenta y paz,
y lo que voy recogiendo a lo largo del día es el botín para su cesta:
el sol dormido en la orilla de una rama en la plaza,
el vestido orgulloso en la vidriera,
el murmullo de rezos en la blanca capilla,
un olor a junquillos color oro,
pensamientos que se zambullen como peces en mi cerebro
Cuando nos encontramos,
a veces no le doy todo lo que junté para él...
pero igualmente está y le pertenece,
podrá tomarlo cuando lo desee.
¡Es que me da vergüenza mostrar que siento tanto...!
Mi amigo se sonríe y me comenta que a él le pasa lo mismo.
Y llegamos a la conclusión de que son los temores los que complican todo y lo entorpecen.
Fuimos educados en el temor al ridículo, al qué dirán,
en el ocultamiento sistemático de nuestra sensibilidad para no parecer débiles o cursis,
nos avergonzamos de tener un grano en la nariz
o de que vean nuestras lágrimas emocionadas,
pero nadie parece tener vergüenza de las fotos trágicas
y los titulares terroríficos de las primeras planas de los diarios.
Con mi amigo estamos totalmente de acuerdo en algo:
Ser amado es ser esencialmente hermoso para alguien.
¡QUE SIEMPRE SEPAS DAR, EXPRESAR Y RECIBIR AMOR!