¿POR QUE UN PAPEL FIRMADO CAMBIA TANTO LAS COSAS?
En el campo de la familia, la edad media de entrada al matrimonio va en aumento. Supera ya los 30 años para los varones y casi alcanza los 28 para las mujeres. Pero lo que más llama la atención y que no aparece reflejado en las cifras es el hecho de que cada vez son más las parejas que se separan transcurridos pocos meses de la boda y después de haber convivido durante varios años antes de dar el "sí quiero".
Por ejemplo, los divorcios y separaciones superaron por primera vez durante el año pasado a las bodas. Los ocho juzgados de familia tramitaron 13.800 separaciones y divorcios frente a los 13.346 matrimonios. Para los sociólogos esta tendencia era de prever. Hasta ahora, el número de separaciones y divorcios había aumentado despacio pero de forma sostenida. Pero hay dos factores que, en opinión de los expertos, han hecho aumentar las disoluciones matrimoniales en los años 90: por un lado, la aceptación social del divorcio, que ha dejado de verse como algo que estigmatiza, y, por otro, el desarrollo económico experimentado en este periodo, porque el divorcio, y eso no puede ser pasado por alto, supone un verdadero varapalo económico.
Pero de lo que no hay duda es que el aumento en el número de divorcios y separaciones denota sobre todo un cambio en la concepción de la unión: ya no se contempla el matrimonio como algo para toda la vida sino como algo que dura mientras compensa. Además, los factores que se asocian a una mayor propensión al divorcio han aumentado. Por ejemplo, todo lo que supone una inversión en la jerarquía habitual entre los miembros de la pareja: el que ella tenga más edad que él, el que ella tenga un nivel educativo más elevado que él, que gane más...
Lo que resulta más sorprendente es que casi siempre es la mujer la que pide la separación y el marido quien solicita el divorcio. Ellas son las que deciden poner fin a la relación y ellos, los que vuelven a casarse en segundas nupcias. Últimamente estamos asistiendo a un fenómeno como mínimo curioso. Cada día aumenta el número de parejas que tras varios años de relación, e incluso alguno de convivencia, deciden separarse pocos meses después de dar el "sí quiero".
Pero basta con preguntar a amigos y conocidos para comprobar que se trata de casos que están a la orden del día. Lo más interesante es la semejanza que tiene con aquellas situaciones en las que tras seis y ocho años de relación, a las puertas ya del matrimonio, la pareja se rompe. Generalizar sobre las causas sería estúpido, cada pareja es un mundo, al igual que cada persona.
La distancia, el pánico una vez adquirido el compromiso o la presencia de terceras personas pueden ser algunas de las razones. Lo que está claro es que se producen por lo que antes ya comentábamos. Por el hecho de casarse uno no está condenado, en el peor de los casos, a vivir toda la vida con esa persona. Y da igual que la ruptura se produzca diez meses después de la boda o veinte años más tarde. Lo importante es que exista la posibilidad de hacerlo.
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