NIÑOS Y VIDEO-JUEGOS
A los niños les gusta jugar con los videojuegos, practicando una y otra vez hasta ganar, para ellos es un medio de entretenimiento, no piensan en el mensaje que puedan recibir de ellos sino en divertirse, dejar atrás el estrés que les supone sus obligaciones escolares y extraescolares, y simplemente ser o hacer lo mismo que hacen sus amigos. Por eso no comprenden que los padres seamos tan críticos y controlemos tanto el tiempo que dedican a estas actividades.
Pero claro, nosotros si pensamos en las consecuencias, tanto directas como indirectas. Las directas, como las imágenes agresivas que suelen aparecer en muchos de estos juegos y que tememos puedan imitar nuestros hijos -por lo que antes de comprar ningún juego deberá informarse bien del contenido del mismo, pues muchos contienen escenas agresivas muy realistas, se estima que el 75% de los juegos contienen niveles elevados de violencia-, y las indirectas, todas esas horas que dedican a las videoconsolas, "gameboys" o juegos para PC las restan de su vida social, hablar o jugar con los amigos, practicar algún deporte, leer, etc.
Los llamados juegos de pantalla pueden crear adicción en nuestros hijos, sólo hay que verlos, se quedan como absortos, por norma general suelen ser más vulnerables aquellos que tienen dificultades de relación en su vida real.
Para que esto no ocurra será mejor que los padres dejen bien claro desde el principio las normas, ya que si se limita su uso pasado un primer período sin control, los niños podrían pensar que se trata de un castigo. Pero ¡cuidado! al fijar los límites, intenta no ser excesivamente estricto, de lo contrario puedes fomentar el engaño en tu hijo. Tampoco critiques nunca los gustos de tu hijo, ni le riñas o grites por jugar excesivamente, se trata de controlar el tiempo destinado a dicha actividad o de censurar el contenido de los juegos, no a él. Es mejor explicarle y hacerle comprender nuestros razonamientos en lugar de imponerlos, así como hacer ciertas concesiones como dejarle jugar más rato cuando sus amigos vienen a casa, también en los días fríos o lluviosos que no puede salir a la calle o como premio cuando haya sacado buenas notas o haya hecho sus tareas bien.
Si transcurrido el tiempo de juego y tras amagar la vídeoconsola tu hijo se queja de que se aburre o no sabe qué hacer, quizás deberías preocuparte de que tu hijo tenga a mano material o actividades que le estimulen en lugar de quejarse de la cantidad de juguetes que hay por toda la casa y soltar la vieja cantinela de "cuando yo tenía tu edad..." Los tiempos cambian y cada niño es un mundo, por eso es mejor preocuparnos por cuáles son las cosas que realmente interesan a nuestros hijos, quizás estaría bien apuntarle a alguna actividad deportiva o cultural que le interese o que el niño disponga de libros, puzzles u otros juegos que realmente le atraigan. Jugar a algo con él, llevarle al parque o ir de excursión, pueden ser otras alternativas muy enriquecedoras para todos (padres e hijos).
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