MIS PADRES SON UN ROLLO
Causas y consecuencias En la época adolescente se tienen sentimientos contradictorios. El adolescente vive un conflicto entre el querer ser tratado todavía como a un niño y el de ser reconocido como adulto porque aunque tu hijo no es todavía un adulto ya ha dejado de ser niño y exige que no se le trate como tal.
Una forma de reafirmarse es mediante la oposición, con un comportamiento desafiante y una actitud cínica. El proceso de la adolescencia se traduce en muchas ocasiones en irritabilidad y en conductas contestatarias e incluso agresivas. Todo son quejas y reproches hacia los padres.
Esta actitud rebelde y crítica no solo hace sufrir a los padres sino que también los hijos se sienten culpables porque sienten poner en peligro los lazos específicos que siempre han tenido con ellos. El adolescente tan pronto reclama su atención como les acusa de controlarle demasiado.
Lo único que pretende es afianzar su identidad y para ello necesita diferenciarse y separarse de sus padres para descubrir quién es y qué quiere ser. A medida que intenta emanciparse de ellos, suele tener una gran necesidad de encontrar una compensación en crear lazos estrechos con los amigos de su misma edad.
Formas de afrontar la situación Vuestro hijo en esta época adolescente os llevará la contraria en todo aunque sea solo para demostrar (tanto a sí mismo como a vosotros) que tiene derecho a hacerlo.
La rebelión es inevitable y es parte del proceso de hacerse mayor aunque afortunadamente, es pasajera pero comprender a tu hijo no significa aguantarlo todo. Ante un trato cínico y desconsiderado los padres han de demostrar su malestar. Es cierto que tu hijo está en su derecho de reivindicar más libertad pero no se le puede permitir que haga lo que quiera. Debemos negociar con él de igual a igual y exigirle responsabilidad.
A pesar de que a esta edad huye de todo lo que los padres consideramos correcto hemos de tener en cuenta que las prohibiciones no sirven de nada salvo otorgar el atractivo de lo prohibido. Piensa que estas críticas no durarán siempre: a medida que tu hijo se haga mayor, desaparecerán.
Sus comentarios no los podemos considerar como ataques personales. Hemos de ser claros y firmes a la vez que dialogantes y flexibles, ahora bien, esto no significa que hayamos de renunciar a expresar nuestra opinión. Hemos de decir claramente a nuestro hijo lo que pensamos porque en el fondo es eso lo que espera de nosotros.
¿Qué hacer ante determinadas situaciones?
Si sus amigos no os gustan Ante todo si creemos que esa amistad puede ejercer influencias negativas se lo hemos de hacer saber pero sin llegar a descalificar a su amigo ni ejercer de detectives.
Si llega muy tarde a casa Es uno de los puntos más conflictivos en el que hay que negociar y razonar con tu hijo. En ocasiones especiales (cumpleaños, celebración de haber tenido buenas notas) se pueden hacer excepciones permitiéndole llegar un poco más tarde. Hemos de darle la oportunidad de que demuestre que es responsable. Ahora bien, hay una serie de normas que debe cumplir: hacer las tareas pendientes antes de salir, decirnos con quién sale así como el lugar donde se le puede localizar y que nos avise si se va a retrasar.
Cuando está todo el día "pegado" al teléfono Ante esta situación no os debéis preocupar o acaso ¿no os acordáis de cuando erais adolescentes?. Es una forma que tiene tu hijo de conexión con sus amigos (lo más importante para él). Se le ha de dejar muy claro hasta donde puede llegar y si reincide, haced que contribuya con parte de su paga semanal al pago de los recibos.
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