¿EL ESTA CELOSO?
Para Freud, los celos representan angustias de la infancia que reposan sobre dos puntos fundamentales: el miedo a ser abandonado y a no ser suficientemente querido por la persona a quien hemos confiado nuestro corazón.
¿Cómo nacen los celos?
Para Freud, los celos representan angustias de la infancia que reposan sobre dos puntos fundamentales: el miedo a ser abandonado y a no ser suficientemente querido por la persona a quien hemos confiado nuestro corazón. Esta falta de confianza en uno mismo, esta baja autoestima encuentra en la pareja el terreno más propicio para crecer. Por ello, el sentimiento de celos en el amor puede llegar a ser muy violento, ya que su sufrimiento nace de un sentimiento arraigado y profundo.
No existe estudio científico a este respecto, pero parece que tanto hombres como mujeres son iguales frente a este sentimiento, aunque los caballeros tienen tendencia a sufrirlo más. Esta es la razón por la que tu pareja puede mostrarse a veces suspicaz, inmiscuyéndose en tus asuntos, filtrando tus llamadas telefónicas... situaciones que no dejan indemne ni al celoso ni al que despierta los celos.
¿Cómo ayudarle?
Elaborad juntos una lista con las situaciones en las que aparecen sus celos, y comentadla con el fin de ayudarle a restar importancia a los acontecimientos que le resultan tan dolorosos. Invítale a hablar de sus miedos y de sus dudas, ello os permitirá llegar a conocer sus comportamientos excesivos, y será entonces el momento de demostrarte que ha cambiado y que puede reaccionar de diferente manera ante las situaciones que provocaban sus enfados. Además, explícale que su falta de confianza hacia ti te entristece y que no tiene motivos por los que inquietarse.
Pero para que llegue a creerte, todavía debe recobrar la confianza en sí mismo. Para ello, establece, con o sin él, una lista con sus cualidades y con aquello que te fastidia de él. Conseguirás que recuerde por qué te enamoraste de él y todo lo que os aporta el día a día. ¡Que guarde la lista para que la lea cuando le parezca!
Quizá se sienta apartado de tu vida en algunos momentos: hazle participar más en ella. Invítale a asistir de vez en cuando a tus cenas de chicas, y cuenta, en su presencia, tus anécdotas del trabajo... Al celoso también le gusta estar seguro del entorno de su chica. Pero cuidado, tampoco caigas en la situación contraria: sus celos no tienen que acabar con tus momentos de libertad.
No caigas en la trampa
Es fácil caer en la culpabilidad. No pienses que no quieres lo suficiente a tu pareja por que reaccione así. Los celos enfermizos son, antes que nada, un problema personal y “tú no eres más que un medio” para que él lo exteriorice. Así que no cambies tu comportamiento para darle el gusto, eso no resolverá el problema. Es él quien debe de hacer los esfuerzos.
Es inútil ocultar la verdad. Si has comido con un compañero de trabajo, díselo. Lo mismo, si en el último momento tu mejor amiga viene con su hermano al cine. Tus mentiras no servirán de nada, y que sepas que una persona celosa siempre puede enfadarse (con o sin motivo), así que evita esconder la verdad ya que tarde o temprano será descubierta.
Querer ayudar a tu enamorado, y más aún cuando es tu pareja, está bien, pero tú no eres su terapeuta, ni el uno ni el otro debéis poneros en esa situación.
De los celos patológicos a los celos psicóticos
No soporta que alguien o algo puedan hacerte feliz. Le gustaría ser el único que posea esta facultad y tenerte sólo para él. Esta frustración conlleva enfado, violencia y agresividad, ya no hablamos de “pequeños” celos sin grandes consecuencias sino de una verdadera enfermedad que conviene curar para encontrar la armonía en la pareja.
Los celos psicóticos no pueden solucionarse solos. Se requiere la ayuda de un psicólogo, de un terapeuta o de un sexólogo, pero siempre es posible erradicarlos y recobrar una vida de pareja normal. Porque quererse con calma también es posible.
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