CONVULCIONES FEBRILES.
¿QUÉ ES UNA CONVULSIÓN FEBRIL?
Es una crisis con pérdida de conocimiento, que se produce en niños con fiebre y edades comprendidas entre los 6 meses y los 5 años.
El cuerpo puede ponerse rígido y comenzar con sacudidas o quedarse completamente flácido. También es frecuente que la boca esté morada y cerrada con fuerza, como encajada.
Suele durar poco tiempo, generalmente menos de 5 minutos; al final, el niño puede orinarse o defecar y tiende a quedarse dormido.
Casi siempre ocurren durante el primer día de fiebre, a veces, incluso antes de que hayamos notado que el niño está febril.
¿QUÉ DEBO HACER HASTA CONSULTAR CON MI PEDIATRA?
Coloque al niño tumbado de lado, sobre un costado (esto le permitirá respirar mejor) y lejos de objetos con los que pueda golpearse.
No debe intentar meter nada en la boca.
Quítele la ropa para ayudar a que baje la fiebre.
Si no le ha dado ninguna medicina para la fiebre en las últimas 2 horas le puede poner un supositorio.
Es conveniente que el niño sea valorado de forma inmediata por un médico. Acuda al centro de salud u hospital más cercano.
CUESTIONES IMPORTANTES
Las convulsiones febriles no causan daño cerebral ni epilepsia.
A pesar de su aparatosidad son benignas; después de la convulsión el niño gozará del mismo estado de salud que antes.
Son frecuentes. Después del primer episodio 1 de cada 3 niños volverá a tener otro.
Desaparecen a partir de los 5 años.
En la mayoría de las ocasiones, los niños que sufren una convulsión febril no necesitan ningún estudio especial.
"No administre a sus hijos medicamentos sin consultar con el pediatra"
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