EL DESGATE POR TRATAR DE SALVAR UNA RELACION
Muchas veces nuestras relaciones se ven afectadas
por la pena y la desdicha, una lucha constante para
que las cosas funcionen entre los dos.
Para que una relación funcione ambos deben de poner
de su parte y es frustrante cuando no sucede así, cuando
pese a todos los esfuerzos la otra parte no hace nada.
Sentir que sólo tú estás luchando por la relación supone
un desgaste tanto físico como emocional.
Las relaciones se vuelven muy tormentosas para quien
intentando salvar una relación no sólo no ve fruto sino
que todo sigue igual o peor. Se hace muy difícil vivir junto
a alguien del que no vemos respuesta y no pone nada de
su parte por mejorar.
Es muy duro permanecer siempre callado en silencio por
temor a que nuestra conversación no sea del agrado de
la otra parte y esto a la larga te va produciendo una
insatisfacción y un agobio que te va anulando como
persona.
Si ya sólo el hecho de estar en pareja es algo complicado,
cuánto más si le sumas que tu amor es una persona muy
poca receptiva para recibir las cosas que tú le puedes brindar.
Eso es algo que va aniquilando tanto a la persona que trata
de salvar la relación como al otro que ve que no puede
dar más de lo que está dando, es algo que produce unas
emociones muy fuertes tanto de dolor como de decepción.
Antes de seguir con tal relación sería bueno que te plantees
si merece la pena estar con esa persona, porque sientes
que tu vida es cada día más triste y vacía.
No se puede cambiar a las personas, mucho menos cuando
ya son adultos, por lo que te propongo:
1.-Ser felices nosotros mismos y dejarle ser como sea; no se puede basar nuestra felicidad en lo que la otra persona te da. Debes ser feliz con lo que tú mismo te das, ser feliz contigo mismo.
2.-No pretendas cambiarle, todas las personas tenemos nuestra forma de ser y pretender cambiar a alguien es ir contra la naturaleza, es demoledor y no se puede hacer. Si tu felicidad está pendiente de los cambios que ella llegue a realizar algún día nunca podrás ser feliz, eso es desesperante y agotador. No esperes que ella sea feliz para serlo tú, sé feliz hoy, ahora mismo, incluso con tu pareja siendo como es.
3.-Intenta contagiarle tu felicidad. No estará garantizado, pero es mucho más fácil que tu pareja sea feliz contigo si tú mismo eres feliz, incluso con ella. Si durante mucho tiempo te has estado contagiando de su infelicidad, ahora intenta tú contagiarle la felicidad. Pero piensa que ante todo eres responsable de tu propia vida, como ella de la suya; debes ser feliz tú mismo y ojalá, con algo de suerte, algo se le pegue.
4.-Si no hay salida considera dejarla antes de quemarte. Es bueno luchar por nuestro amor, por la persona que amamos… pero si ella nunca pone de su parte y no puedes ser feliz te acabarás quemando. Si la relación se ha convertido en un continuo desgaste emocional tal vez sea hora de dejarla.
Intenta ser feliz tú misma, abandona la idea de cambiar a
tu pareja porque los adultos ya tenemos nuestras manías
y personalidad formada. Dicen que nuestras manías se
van haciendo más intensas con el paso de los años, por lo
que realmente no es lógico que esperes a que ella cambie,
posiblemente pasen otros diez años y todo siga igual
o peor.
Aprovecha de reír, de dar mucha paz porque tú sientes que
eres una persona muy dichosa, pero no olvides que porque
tú seas así eso no quiere decir que la otra persona también
deba serlo, cada persona es un mundo y tú debes respetar
ese espacio.
Muchas veces nos cegamos a la realidad por el deseo
de querer estar en compañía, para muchas personas el
tener alguien a su lado es su prioridad; les asusta la soledad,
el no tener a quien amar. Pero debes valorarte, quererte
a ti mismo como persona que eres. Muchas veces por miedo
a acabar solos acabamos fingiendo que nada pasa, intentando
ignorar lo que día a día nos va matando por dentro y eso no
es bueno para nadie. No se puede vivir así.
Hay que aprender a no ser dependiente de nadie, hay
que saber que nosotros somos capaces de llegar lejos y
solos, que no necesitamos un bastón, queremos un buen
amor y una buena relación, pero ante todo tenemos que
estar contentos nosotros mismos, porque pretender
hacer feliz a otra persona que no quiere serlo es desgastador.