¿Te das tiempo para ti y tu pareja.?
Cada vez somos más las mujeres que debemos trabajar para contribuir a la economía de la casa…
Entre el cuidado del hogar, los niños y el trabajo casi no tenemos tiempo para más (y lo mismo le sucede al hombre esposo con sus horas extra de trabajo). Así es muy fácil acabar descuidando el tiempo que nos dedicamos el uno al otro, el tiempo de relación de pareja, el romanticismo y el amor… y no debemos descuidar eso.
“Hola mi amor, ¿tomas un café conmigo?” – “No, lo siento, tengo que llevar los niños al colegio, tengo sesión en el trabajo, y como siempre, ya estoy tarde, tal vez algún día te cambien ese dichoso turno de noche y podamos por fin compartir aunque sea unos momentos juntos, bueno, me voy, me voy, ¿te llamo o me llamas?”
En estos tiempos tan modernos, en que todos queremos tener lo mejor, lo más bonito y de mayor calidad, en que muchas veces se contraen deudas para conseguir lo que queremos, nos vemos en la necesidad de incrementar los ingresos por lo que sacrificamos tiempo con la familia, tiempo para nosotras mismas, tiempo con nuestra pareja, tal parece que con la persona que compartimos nuestra vida, se ha convertido mas bien en un compañero de casa, alguien con quien compartimos la renta, los recibos que hay que pagar cada fin de mes.
Las expectativas de una carrera y una familia han sacado la intimidad de muchas alcobas matrimoniales, porque en muchos de los casos muchas son las familias que no pueden balancear el trabajo con las necesidades y muchas veces con el modernismo de la tecnología.
Muchas de esas familias, se verán en la necesidad de trabajar en su intimidad como pareja, es muy fácil descuidar el acercamiento, pero muy difícil de recuperar. La emoción que hay cuando se inicia una relación tiende a desaparecer cuando se ocupan en las distintas cosas de la vida mas que todo en el trabajo, tienen hijos y la atención cambia de rumbo, ahora la atención es para los hijos y se pierde el enfoque hacia la pareja, se cae en una rutina que eventualmente lleva al cansancio.
Las parejas debieran trabajar en su relación, poner atención en las necesidades mutuas, dedicarse un tiempo para ellos, no importa si es una hora o menos, lo importante es que sean productivos, de una comunicación absoluta, como si solo ellos existieran.
La llama debe mantenerse siempre encendida, porque muchas veces amenaza con apagarse, si no le ponemos más lumbre el uno se aleja del otro porque “ella no me presta atención”, “cuando yo quiero hablar, ella me evade”, “no me presta atención, sólo piensa en él”, “se va con sus amigos, no me ayuda en la casa” y el uno sintiéndose abandonado por el otro, se alejan mas aún, un gran porcentaje de esos matrimonios terminan en divorcio.
No se puede negar que en una unión, para los padres o al menos para uno de los dos, casi siempre es para la madre, los hijos pasan a ser la prioridad, buscando la manera de su mejor formación, los ponen en actividades extras después de su horario de escuela cuando esto es posible, tales como clases para nadar, danza o algún otro deporte, en donde los niños necesitan la supervisión de uno de los dos padres y en lugar de asistir los dos a esas actividades, el uno se va con los niños, mientras el otro está en la casa, descansando porque esta muy cansado/a, esto supone mucho menos tiempo para comunicarse como pareja, por ello es muy fácil entender porqué muchas parejas se distancian aun viviendo bajo el mismo techo.
Lo ideal sería tomarnos nuestro tiempo, para hablar, para decirnos el uno al otro qué nos haría felices, aunque para tener ese tiempo lo tengamos que “programar” y/o ponerlo en la agenda de actividades, hoy por hoy, se espera de la mujer que sea la “súper esposa, la súper madre” que debe además estar empleada para contribuir al mantenimiento de la casa, mantenerla linda y limpia, mantener la cocina nítida y fabricar los alimentos mas nutritivos y económicos, mantener una rutina de ejercicios, para poner un ejemplo de lo saludable que es, y aun tener suficiente energía para irse a la cama por la noche y en el mejor de los humores para cumplir con sus obligaciones de mujer.
Por otra parte, se espera del “súper esposo” tener una carrera decente para sostener a la familia, que trabaje horas extras, arreglar todas las cosas de la casa y por supuesto estar envuelto en las actividades de los hijos para enseñarlos por medio de ejemplos, comunicar sus sentimientos y necesidades a la esposa y mantenerse al tanto de las necesidades de ella.
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5 Consejos para salvar la relación:
Comunicación: si es mucho estrés, y/o frustraciones, deja a tu pareja escuchar su voz, deja escuchar la tuya, expresen las preocupaciones de ambos, esto les dará oportunidad de aprender cómo solucionar problemas antes de que estos empiecen.
Hagan planes para los dos, al menos una vez por mes.
Aparten tiempo para sus actividades individuales, al menos una vez por semana.
No debemos enfocar la atención en lo negativo.
Participemos en actividades como familia, por ejemplo, ver una película juntos, acompañada con palomitas de maíz, hará una velada tranquila, en el calor del hogar.
Cosas que debemos evitar:
Ser deshonestos y quedarse callados, no nos da oportunidad a expresar la verdad y la realidad de lo que se esta viviendo, estar ambos dispuestos para escucharse mutuamente, no decir nada por temor de herir, sólo nos cierra las puertas a la oportunidad de crecer como pareja.
No desear cambios en ninguno de los dos, debemos sentirnos incondicionalmente aceptados/as tal cual somos, después de todo, ni el ni a ti, tiene que gustar todo de la otra persona.
Aprendamos a escucharnos el uno al otro, no pensemos cuan equivocado está el otro, o cómo nos vamos a defender el uno del otro, escuchemos a nuestra pareja y hagámosle saber que entendemos lo que nos quiere decir.
Evitemos acusarnos el uno al otro, una discusión o diálogo, no es para buscar culpables, más bien es para encontrar soluciones.
No despreciemos la opinión o los conocimientos del otro, podemos estar más instruido acerca de un tema, pero no es para hacerle ver al otro “que no sabe” o que es menos “que yo”, cada uno es profesional en su propio campo.
Como hombres y mujeres amantes de su hogar, que dicho sea de paso, son miles, debemos aprender a combinar romanticismo, comunicación, tolerancia y ayuda mutua, para lograr que nuestro hogar mantenga intacto el propósito principal por el cual nos unimos a nuestra pareja. Tratemos de mantener el amor y la tranquilidad que más tarde tratamos de transmitirle a nuestros hijos. Si tan sólo aprendiéramos a comprendernos, lograremos menos hogares destruidos por causa de la agitación y lo apresurado de una vida.
Recordemos que ahora ya no somos uno, somos dos y las decisiones deben ser tomadas por los dos. Mantengámonos alertas y cuando sintamos que nos estamos distanciando el uno del otro, acerquémonos, hablemos pidamos, pero recuerda también que debemos dejar que se nos acerque, que hable y que pida. Con un poco de esfuerzo y dedicación de ambas partes, lograremos familias más felices y nuestros hijos tendrán más oportunidad de ser buenos ciudadanos, conscientes y felices.
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