¿Nos hemos preguntado por el misterio de la primavera?.
Cada año al final del invierno, comenzamos a ver señales de nueva
vida que aparecen repentinamente. ¿Qué señales reciben las
plantas, los arbustos y los árboles que les indican que es tiempo de
despertarse de su sueño de invierno? Por muchos años creí que la
señal era el renovado calor del sol.
Sorprendentemente, sin embargo, el calor no juega un papel
principal en el nuevo crecimiento de las adormecidas plantas.
La señal es que las plantas reciben más luz. Al llegar la primavera,
los días se alargan, las plantas entonces reciben más luz y
comienzan a crecer nuevamente.
Algo similar sucede en nuestra vida cristiana. Como cristianos
hemos despertado de nuestras tinieblas por medio de la luz de
Cristo brillando en nuestras vidas. Al igual que las plantas,
comenzamos a crecer a medida que pasamos más tiempo en la Luz.
Con esta luz de Cristo, estamos mejor capacitados para ver y
comprender la verdad que ofrece la vida abundante que Dios
quiere para nosotros. Como personas que andamos en luz, podemos
crecer cada día, por el resto de nuestros días y podemos ser
una luz de amor brillando en las tinieblas del mundo.
"En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad"
Jn. 1:4 (NVI)
Roland P. Rink
Kart2012
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