¡ANIMATE!, ¡JUGATE!
¿Cómo voy a poner en manos de Dios este problema?, no me animo.
No es que las cosas sean difíciles y por eso no nos animamos, es justamente al revés, es porque no nos animamos que las cosas se ponen difíciles.
Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero me quedé con el recuerdo del amor de quién me hizo ese regalo, extravié el juguete y con él mi infancia en algún lugar, pero tengo en mi corazón, los recuerdos hermosos de los momentos de juego.
Había en mi infancia, hace más de cincuenta años, un juego que se usaba mucho, el mecano o “el experto mecánico”; piecitas que se ensamblaban a través de tuercas y tornillos, y con eso uno construía cosas. Yo tenia una caja llena y pasaba horas jugando y divirtiéndome armando cosas. Ya no la tengo más, pero guardo en mi corazón el tiempo que pase junto a ese mecano.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño pero gane la oportunidad de crecer y de vivir libremente.
Perdí a mucha gente que quise, que amo todavía, amigos y familiares que ya no están, pero me llenan el corazón, el cariño y el ejemplo de sus vidas, aprendí mucho de ellos. Aunque no estén físicamente, están presentes, a mi lado.
Perdí momentos únicos de vida porque lloraba cuando debía sonreír, pero fue así como descubrí que solo sembrando amor se cosecha amor.
Yo perdí muchas veces demasiadas cosas en mi vida, pero fue así como aprendí el valor y la importancia de todo lo que podía ganar. Porque siempre es posible luchar por lo que amamos, es solo cuestión de animarse, de atreverse a darlo todo por aquello o por aquel que estamos amando.
Siempre hay un tiempo para empezar de nuevo, por eso es que vale la pena pelear por lo que amamos.
No importa el momento de la vida en el estás, ni tampoco si estás cansado y queres tirar la toalla, lo importante es que sepas que siempre es posible y necesario volver a empezar, recomenzar, darnos cuenta de que tenemos frente a nuestros ojos una nueva oportunidad, nuevas esperanzas y, lo más importante, volver a creer en nosotros mismos.
Si sufriste mucho, tomalo como un aprendizaje, si lloraste demasiado tomalo como una limpieza del alma.
Mi pastor me enseñó una vez que no tengo que limitar mis lágrimas, porque el Espíritu Santo las usa para limpiarme.
¿Sentiste rencor?
Tomalo como una oportunidad para aprender a perdonar.
¿te sentiste solo?
Tomalo como un ejercicio para ser más sensible a los demás.
No te encierres en tus propios problemas, seguro que si mirás a tu alrededor vas a encontrar a alguien que está esperando el momento para acercarse a vos y darte su apoyo; si no lo hizo hasta ahora es porque no abriste la puerta para que venga a estar con vos.
¿Creíste que todo estaba perdido?
¿O que tu cuerpo ya no da para más?
Tomá esto como el punto de partida para mejorar, para recomenzar.
¿Hasta donde queres llegar?... te pregunta el Señor. Mirá alto, soña a lo grande, anhelá lo mejor de lo mejor, espera todo lo bueno, porque en la vida solo alcanzamos lo que de verdad deseamos.
No hay cuestiones difíciles, solamente es cuestión de atrevernos, cuando no lo hacemos se complican las cosas.
Hacé, una limpieza mental, agarrá la escoba y purgá tu mente de todo lo que te encadena al pasado todo lo que te hace daño, tirá todo a la basura, limpia tu corazón, perdoná, tenés que estar listo para una nueva vida, una nueva etapa, para encontrar otra vez el amor.
La vida te llama, te invita a una nueva aventura, a un nuevo viaje, a un nuevo desafío, tenés mucho por delante, para iniciar esta nueva etapa, para aceptar este desafío y decirle al Señor: ¡si! ¡hacia allá voy!.
Proponete hacer todo lo posible para alcanzar tus sueños y tus objetivos.
No es que las cosas son difíciles amigo, y por eso no te atrevés; es porque no te animás que las cosas se complican. Confía en la vida, en Dios, Él te va a dar los deseos de tu corazón.
Cerrá los ojos y abrí las manos, porque el regalo está en frente tuyo y solo así podrás recibirlo.
Abrí las manos que tenes fuertemente cerradas porque el Señor tiene un hermoso regalo para vos.
¡Animate, jugate!, ¿qué tenes para perder?, vos que estás por tirar por la toalla decime:
¿qué podes perder?
Creele al Señor que está detrás de mis palabras, hay nueva oportunidad para vos, la posibilidad de un nuevo comienzo, no lo dudes, confía en Dios.
HECTOR SPACCAROTELLA
tiempodevocional@hotmail.com
www.puntospacca.net
Desgrabación del mensaje (original en audio), adaptación y edición del texto:
MARIA CLARA SPACCAROTELLA
cspacca@hotmail.com