Sé feliz aunque puedas fallar…
El título de este escrito forma parte de uno de los versos de una canción romántica popular, pero en cuanto lo escuché, me hizo un sentido inmenso. Creo que, en general, tú y yo nos debemos parecer en esto. Lo más probable es que le tengamos mucho temor a la incertidumbre ¿verdad que sí? No nos gusta NO saber lo que va a pasar, ni tampoco esperar los resultados de algo, si fuera por nosotros, desearíamos que la instantaneidad del café se extrapolara a todos los asuntos de nuestra vida, pero tanto tú como yo, sabemos que esto no es así.
Muchas veces queremos “hacer las cosas bien” o “tomar buenas decisiones” y terminamos haciéndolo todo al revés. A veces a sabiendas, pero otras, de verdad con la convicción de que era lo mejor, y eso es lo que más duele. Pero por lo general, cuando nos hemos equivocado muchas veces, o mejor utilicemos un término más animador, no hemos acertado en distintas oportunidades (cambiar los términos en positivo ayuda a que los podamos incorporar más fácil en nuestra historia personal…es una cosa muy nerd de la psicología con la que no los voy a aburrir ahora) la secuela de eso es un temor paralizante. Como ya tenemos la experiencia del fracaso, volverlo a intentar figura casi como una experiencia kamikaze de la cual es IMPOSIBLE sobreponerse. Este miedo que te paraliza te deja en pausa, como cuando estás viendo una película y debes ir por más refresco o a contestar el teléfono, cuando la película vuelve a su curso normal, ya no es lo mismo.
Los daños que nos producen nuestras heridas de guerra no se borran y son difíciles de ocultar, quien no nos vea y se relacione con nosotros, ve que venimos de un campo de batalla y que las trincheras han hecho lo suyo en nuestras vidas. Sin embargo, estas mismas cicatrices te hacen a ti y a mí tremendamente especiales. La gracias de estas heridas de guerra, es que son ÚNICAS, ninguna es igual a la otra y eso inmediatamente te hace muy especial.
sé feliz
Ahora bien, una cosa es quedarse siempre en el campo de batalla como si camináramos diariamente por un campo minado, y la otra, es tomar vigor y confianza para dar pasos más seguros. Cualquiera de las dos decisiones que tomemos será clave y vital en el final de nuestra historia.
Lo cierto es lo siguiente, tú decides cómo portas esas cicatrices y si a partir de ellas, tomas el coraje para seguir atreviéndote. Esto es como cuando te rompen el corazón en una relación, tienes dos caminos, uno es poner tu corazón de piedra y decir quedarte sola/o para siempre, y la otra es entender que un corazón roto significa que lo intentaste y que estás cerca de que no te lo vuelvan a romper. La decisión que tomes es TAN definitoria, como el ser feliz. Lo hemos conversado anteriormente. Ser feliz es una decisión, también lo es amar.
Lo más probable en que en el camino hacia la felicidad, te encuentres con muchos obstáculos y barreras que te alejen de ese propósito, puede que te desanimes y que dejes de creer que es posible. También puedes equivocarte (como el 100% de la población mundial, no te creas tan especial) y en eso vienen las dos visitas menos útiles del mundo: Culpa y Cuestionamiento, en cuanto asomen la cabeza por la puerta, échalos fuera… ¡no sirven de nada! Cuando se hayan ido, vuelve a levantarte y sé feliz aunque puedas fallar.
Sí, lo leíste bien, pero le voy a dar más énfasis por si no te quedó lo suficientemente claro:
¡Sé feliz aunque puedas fallar!
Autora: Poly Toro