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General: Adultos Sobrevivientes de Abuso Sexual (2)
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 23/11/2012 13:45

La necesidad de ministros competentes

Esta es la segunda parte de un artículo que escribí sobre la realidad de los hoy adultos que fueron cuando niños abusados sexualmente. Lo hago a partir de mi propia experiencia de sobreviviente, de mi búsqueda por entender y entenderme, y el tristísimo descubrimiento de que mi caso no es único, sino todo lo contrario es mucho más frecuente de lo que imaginaba.

Uno de cada cinco adultos de más de veinticinco años, estadísticamente, ha pasado por experiencias de este tipo en su infancia.

A partir de ese artículo también publicado en este sitio Web, no he cesado en estos años de recibir mensajes de personas de todo el mundo de habla hispana que me cuentan sus historias, me consultan sobre sus dudas, buscan ayuda para ellos o para su pareja al descubrir que los problemas de relación pueden estar relacionados con este trauma.

El sentido que trato de dar a mis palabras es más allá de lo descriptivo, o la búsqueda de manos dando palmaditas en la espalda como diciendo “pobrecito”.

El doctor Jorge León, prestigioso pastor evangélico y psicólogo escritor de numerosos libros de psico-pastoral, habla de la Iglesia de Cristo como COMUNIDAD TERAPEUTICA.

Esto es, el entender que Jesús nos ofrece la restauración plena de la salud como una consecuencia directa de nuestro proceso de conversión.

Después de muchos siglos de historia de la ciencia, los médicos han hallado que hay una clara interrelación entre la salud del cuerpo, del alma y del espíritu.

Hace dos mil años atrás, Pablo estaba preocupado por ese tema y oraba por los cristianos de Tesalónica:

1Tesalonicenses 5:23 Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Todo nuestro ser, dice Pablo, entendiendo que se refiere a las tres caras del prisma triangular que conforman el hombre. Tres caras de un mismo prisma, formando una unidad integral que no puede ser analizada separadamente.

La ciencia habla hoy de medicina holística. Es una tendencia relativamente nueva que esta haciendo furor en Estados Unidos, Inglaterra y norte de Europa. En los últimos años médicos y psicólogos se sumergen también en Latinoamérica en este enfoque, al descubrir que la restauración plena de la salud necesita ir más allá de los síntomas.

El enfoque holístico trata al individuo como un ser compuesto por tres aspectos que interactúan entre si:

  • El cuerpo

  • El alma (intelecto, emociones, sentimientos)

  • El espíritu

Según la filosofía holística, el entorno en que vivimos influye en cada uno de estos tres aspectos. Y, para ser un individuo sano, debemos encontrar el equilibrio en cada aspecto que rige nuestra vida. Si uno de los tres aspectos no esta equilibrado, el resto, debido a la compleja interacción que existe entre ellos, se reciente y podemos llegar a enfermar.

Por eso Pablo estaba preocupado porque los tesalonicenses cuidaran los tres aspectos del ser humano, de modo que se mantenga preparado para el momento en que tengamos que rendir cuentas ante Dios.

Servimos a un Dios bueno, que está lleno de amor y que desea vernos sanos y viviendo bien.

Un Dios que se preocupa por nuestra sanidad integral, holística.

El tema de la sanidad Divina ha sido y sigue siendo hoy usado muchísimo como un argumento para motivar al individuo a que se acerque a nuestras congregaciones. Por aquí y por allá se anuncian campañas de sanidad y milagros entre evangélicos, o “curas sanadores” entre católicos.

Y creo firmemente que es INDISPENSABLE que cuando la persona se acerca, se haga por ellos más que ofrecerles pasar al frente a recibir oración.

Claro que la oración es importante. Es indispensable.

En la oración El Espíritu Santo abre puertas que estaban cerradas. Revela secretos del alma que estaban ocultos.

Esto es muy frecuente en el caso de adultos sobrevivientes de Abuso. Esto sucedió en mi caso personal, donde la magnitud del stress post traumático en mi infancia fue tan severo que recién después de los 40 años y con la ayuda del Señor, pude hacer consciente la situación de abuso vivida.

Pero me gustaría ir más allá.

Porque cuando la puerta se abre, tiene que haber alguien preparado para “leer” lo que está saliendo a la luz en la persona ministrada. Clérigos y líderes entrenados que sepan cómo ayudar.

La característica más común en la gente que me escribe o me consulta, es que buscan ayuda en mí que no están hallando en su propia congregación.

A ver si puedo ser suficientemente claro.

No tiene sentido abrir un hospital si no está equipado con la tecnología y los profesionales de la medicina que atiendan las necesidades de los pacientes.

¿Estás de acuerdo?

Claro, es evidente. Si no hay médicos, el hospital debe cerrarse porque la gente puede morir debido a enfermedades mal tratadas.

Eso es exactamente lo que está pasando en las iglesias. La gente se está muriendo (física o espiritualmente) porque quienes están a cargo de responsabilidades ministeriales no están preparados para “escuchar” lo que los feligreses dicen con palabras o lo que el Espíritu Santo revela de ellos.

Ayudar a personas sobrevivientes de abuso me llevó a darme cuenta que tienen problemas serios con su sexualidad, con su pareja, con su familia, con su falta de paz. Necesitan pastillas para dormir.

Muchas veces son personas violentas. Tienen enfermedades raras que los médicos no pueden diagnosticar. Personas que no pueden orar, porque no encuentran un camino de comunicación con Dios.

En el ochenta y cinco por ciento de los casos, el abuso ha sido perpetrado por un familiar directo. Generalmente el padre o adulto que cumple esa función en su mente. Alguien en quien el niño confía ciegamente.

Culturalmente vemos a Dios como nuestro Padre Espiritual. Resulta muy difícil crecer en nuestra relación con Él si no está sana nuestra relación con nuestro padre terrenal.

…Y la persona entra a nuestro “hospital” con el corazón herido o enfermo.

Las herramientas de diagnóstico, las tomografías computadas espirituales del Señor muestran el daño… pero luego no hay quien esté preparado para ayudar en la recuperación.

Entonces la persona se expone, se desnuda, muestra su dolor, muestra sus heridas, pide ayuda… y no puede irse con la palmadita en la espalda y el “oraré por usted” únicamente.

¿Me explico?

En el Nuevo Testamento, los Evangelios registran la mayor cantidad de sanidades divinas. Jesús liberó a muchos de espíritus malignos que eran responsables de aflicciones en el cuerpo. Enfermedades del espíritu o del alma que traían síntomas en el cuerpo.

Es conocido el caso de la mujer encorvada, relatado por Lucas:

Lucas 13:11 y 12 y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar.

Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad.

El espíritu enfermo manifestaba síntomas en el cuerpo de esa mujer. Lo que los ojos veían era una mujer con su cuerpo deteriorado… pero el origen de la enfermedad estaba en el espíritu.

Igual que hace dos mil años, también hoy en día necesitamos la sanidad de Cristo. Necesitamos experimentar el poder sanador de Dios.

Es reconfortante saber que Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre, como dice el escritor de Hebreos:

Hebreos 13:8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.

Es razonable pensar que si Jesús sintió gran compasión por los enfermos en el pasado, también la sienta hoy en día, y sigue sanando a los enfermos a través del Espíritu Santo.

También hoy habla mirándote directamente a tus ojos, ahora mismo, y te dice lo mismo que relata Marcos en el capítulo 7: ¡Effatá!, que quiere decir : ¡Ábrete!

De verdad creo con todo el corazón que Dios quiere hoy sanarnos de nuestras enfermedades y lo puede hacer.

Pero las personas sobrevivientes de abuso me preguntan… ¿Cuál es el camino hacia la sanidad?

Un viejo dicho dice que la victoria está segura si conocemos al enemigo.

El camino hacia la recuperación del sobreviviente comienza por el traer as la conciencia el abuso, y comenzar a hablar del tema. Cuanto más hable mejor.

La persona que lo ministra tiene que tener su oído abierto a escuchar, y la actitud de liberarlo de la culpa que siente.

El sobreviviente se siente culpable porque cree erróneamente que podría haber evitado que abusaran de él. En su mente termina creyendo que colaboró a que sucediera lo que sucedió. Eso es totalmente erróneo, porque en el niño la experiencia es tan terrible que lo paraliza, entra en shock emocional y no puede reaccionar ni defenderse.

Cuando ministrando al sobreviviente se le dice “tú no tienes la culpa de lo vivido”, la persona se quiebra porque arrastra ese sentimiento desde hace muchos años.

Luego de la desculpabilización, la persona que ministra sanidad interior debe trabajar el “hacerse cargo del trauma”.

El sobreviviente debe aprender a reconocer las secuelas para combatirlas, para contrarrestarlas.

Debe aprender a eliminar la autocompasión (pobrecito yo) y darse cuenta que se puede ser feliz y llevar una vida plena después del abuso.

Oídos entrenados, palabras sanadoras y brazos que abracen.

Ministros entrenados, de modo que cuando el Señor trae a ellos el discernimiento del problema, sepan realmente como ayudar.

Es nuestra responsabilidad como Iglesia.

Los abrazo.



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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 23/11/2012 13:51
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Que bueno que compartas estos temas hermano!! Gracias por hacerlo aquí, bendiciones,
 
        



Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 29/03/2013 05:15
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Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 31/03/2013 00:58
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Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 01/04/2013 04:00
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