HONRAR A TUS PADRES
Con el pasar de los años, me he dado cuenta que el honrar a nuestros padres a pesar de lo que sea, da muy buenos frutos. Al principio de mi juventud, cuando leía por leer ese trillado pasaje en la Biblia que dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios” Éxodo 20:12, no significaba nada para mi, porque veía en mis padres personas que solo tenían defectos y limitaciones y que lo único que hacían era descargar sus frustraciones en mi; y claro, hasta cierto punto hacerme la vida imposible con sus correcciones.
Día a día viví haciendo lo que se me antojaba, sufriendo las consecuencias y sobreviviendo a mi manera, dejando de lado los consejos de mi madre; hasta que un día se me ocurrió buscar en el diccionario la palabra Honrar, siendo su concepto el siguiente: “HONRAR: Respetar, enaltecer. Dar honor”. (Diccionario de la Lengua Española, Everest Cumbre)
Estas palabras cavaron muy hondo en vida y decidí ver si en realidad lo que dice en Deuteronomio 5:16 era real. “Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.”; y para sorpresa mía, y la de todos, me di cuenta de dos cosas, la primera es que el diccionario es una útil herramienta en las manos de Dios, y la otra, que no hay nada mejor que honrar a nuestros padres.
No pretendamos que la vida nos sonría si nuestros padres viven en el abandono, padeciendo hambre y necesidades. No pensemos en darles a Dios y a los pobres lo que es de nuestros padres. No hagamos que las puertas de las bendiciones de Dios sean cerradas por nuestra ignorancia y el desprecio a los que nos dio la vida y la oportunidad de nacer. No bendigamos a nadie sin antes bendecir a nuestros padres primero, no con lo que nos sobra, sino con lo mejor de lo mejor que el Señor nos ha dado. Y si nuestros padres aparentemente no necesitaran, honrarlos.
Recuerda día a día, que a nuestros padres no se les da limosnas ni sobros; se les honra con amor, respecto, comprensión y sobretodo con nuestro apoyo incondicional.
Honremos a nuestros padres, a pesar de lo que sea (justos o injustos, sabios o imprudentes, amorosos o agresores, interesados o desinteresados, proveedores o despreocupados, con vicios o sin vicios, afectivos o groseros, generosos o tacaños), porque sencillamente son nuestros padres y algún día, nosotros también seremos padres….
Dios les bendiga.
|