SEÑOR NO SE HABLAR BIEN.
Cuando Dios le habla a Moisés para informarle que él será quien sacará a Israel de Egipto, Moisés no dijo: “gracias, Yo lo había estado esperando..” o “que dicha que mi pueblo saldrá de esos 400 años de esclavitud..” o “bueno mi Señor, será un honor ser el instrumento que uses para mostrar tu poder ante Faraón…” No lo primero que dijo fue una EXCUSA: “pero Señor yo no puedo soy lento para hablar o tartamudo” y eso que no recordó en ese momento, que él había matado a un egipcio y por eso lo habían desterrado al desierto…
Casi siempre cuando tenemos la oportunidad de servirle al Señor en algo, lo primero que salta es la EXCUSA. Una gran excusa que quien sabe de donde salió, pero es “tan buena” que hasta nosotros nos la creemos y peor aún, sentimos que el Señor también.. “Señor estoy muy joven”; “Señor no tengo dinero”; “Señor como quieres que deje mi tierra por a un lugar que no conozco”; “Señor estoy muy ocupado en mis negocios”; “Señor me da miedo”; “Señor no puedo porque soy latino y para hacer eso se necesitan dólares”…
Las excusas fueron hechas para no hacer lo que tenemos que hacer. Las excusas delante de Dios son solamente muestra de nuestra debilidad en nuestro carácter. Si quieres algo de Dios para tu vida, debes estar como dicen los chicos exploradores siempre listos. Listo(a) para asumir el reto de servirle al Señor en lo que Él te mande. Recuerda que no eres indispensable delante de Él, porque si no lo haces tu, habrán 5.000 mejores que tu, que puedan hacerlo; pero Él quiere que lo hagas tu, para que disfrutes del dulce sabor de la victoria y de la recompensa que Él tiene para ti..
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