OPORTUNIDADES
Muchas veces por no tomar riesgos dejamos pasar muchas cosas, entre ellas el amor, la familia, e incluso la iglesia; y todo porque ese día no nos apetece, tenemos pereza, o no tenemos tiempo…
Siempre existe una razón para dejar pasar las oportunidades que nos concede la vida:
Cuando conoces a una persona, te gusta pero no lo dices y piensas que ya llegará el momento de hablar con aquel ser. Pero un día cualquiera te das cuenta que ya no está disponible, le has visto con otra persona y te enojas porque no eres tú quien pasea de su brazo, porque ella se ve feliz y tú no. Tuviste la oportunidad y la perdiste, no todas las cosas giran en torno a nosotras, todo tiene su tiempo. Cuando te ofrecen un trabajo pero no te gusta, es muy poco para ti o está lejos de tu casa. No lo piensas y lo dejas pasar, pero te está costando encontrar un trabajo para ti y tus hijos, o simplemente para que puedas vivir tú sola e independientemente. Recorres días completos y nada, no encuentras trabajo; vuelves a lo que ya habías visto, pero la plaza laboral que antes te ofrecieron ya ha sido ocupada. ¿Por qué no lo tomaste? Desde ese trabajo podías haber ampliado tus horizontes y quizás con algo en las manos tendrías una mejor oportunidad para ver otras cosas, pero no, has dejado escapar la oportunidad. Cuando estás molesta con algún familiar y te duele mucho que no te reconozcan en nada: Te sientes poco querida por la familia, y en tu orgullo dañado no te sientes capaz de ir y mostrar amor a quien te está tratando mal. No tienes fuerzas para pagar con bien el mal, ¿pero cómo vamos hacer eso? Sería denigrante. Cuando te decides ir a ver tu familia ya no puedes, ha pasado tanto tiempo que en vez de acercarse a ti, se han alejado mucho más porque nunca estabas presente en los eventos importantes de la familia (fallecimientos, cumpleaños, fiestas, etc.) Ya es tarde, nadie está dispuesto a dejarse atropellar por ti, pues estás tan alto que difícilmente ves lo que está por debajo de ti. Has vuelto a dejar pasar la oportunidad de estar con tu familia y ser feliz con ellos. Pasas y ves hermosas flores, el campo te muestra una gran variedad de cosas hermosas que son una bendición para los ojos, pero estás tan sumida en tus pensamientos, tan deprimida, tan amargada, que no te das cuenta de las maravillas que Dios te muestra. La próxima vez que vuelvas al campo las flores ya no estarán, los coloridos campos verdes se vuelve monótono y apagado porque llega el invierno; sólo verás soledad y tristezas en el paisaje y recordaras que pasaste por allí y no te paraste a respirar tanta belleza que Dios ha puesto ante tus ojos, has vuelto a dejar pasar la oportunidad. Cuando tienes hijos, le dedicas tanto tiempo a trabajar, a estar con amigas, a salir de fiestas y disfrutar la vida, que cuando llegas a casa ya todos duermen, casi no los ves. Cuando te das cuenta están tan grandes que ya no los puedes controlar. Te has perdido unos buenos años de crecimiento donde los principios morales y de buena conducta son tan importantes que se te escapó de las manos. Hoy tus hijos tienen vida propia y te critican todo el tiempo por no haber estado. Has vuelto a dejar escapar la oportunidad de ver a tus hijos moldeados a tu manera. No dejemos escapar los momentos que Dios nos regala en la vida, toma tu tiempo para todo, piensa lo que harás en la vida, no dejes escapar las cosas de tus manos. Las oportunidades muchas veces se presentan una sola vez en la vida, y si no tienes la sabiduría de verlo lo habrás perdido todo.
Dios nos da muchas oportunidades, pero eso no quiere decir que todo lo que deseemos estará siempre disponible. Así es en la vida, se nos presentan oportunidades y las dejamos ir, y cuando queremos remediarlo ya es demasiado tarde.
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