Yo te quiero, tu no
Cuando te conocí, pensé que había encontrado a mi alma gemela, eras toda mi ilusión, mi complemento, mi mundo giraba alrededor de ti. Para mí, antes que todo estabas tú, te amo y sé que eres el hombre de mi vida, y por amor he atendido siempre a todas tus solicitudes, a pesar de que me has demostrado hasta la saciedad, tu marcado desinterés, no me importó porque te amo y soy tuya.
Por todo ello me entregué a ti en cuerpo, alma, sentimiento y razón… ¡He vivido para ti! Mi vida y mi corazón te pertenecen… ¿Sabes lo que se siente cuando uno da todo por amor y no recibes a cambio, ni un triste gracias?”
“Ah; se me olvidaba que tú vives en un mundo a parte, y tu burbuja no te permite ver la realidad… ¡Deja al menos que yo la vea por ti y para ti!
¿Me permites repetirlo? me gusta hacerlo ¡Te amo y soy tu esposa!-, ¿Suena lindo verdad? y no ha habido (por lo visto hasta hoy), nada que me hayas pedido que yo no te haya concedido. Por seguirte a ti, he dejado familia, trabajo, amigas, porque tú eras más importante que todo para mí. ¡No; no te estoy reclamando nada! No me pesa estar alejada de todo y de todos, lo confieso-, no importa porque te tengo a ti, y sabes que a pesar de que vienes a casa cada vez mas tarde ; y ya no me llamas por teléfono como solías hacerlo antes, encontraste día a día una excusa y un pretexto siempre dispuesto y listo para ti… ¡Para mí… ninguno!, pero no importa porque soy yo la que te amo… Sé que te amo, te respeto, te valoro y quisiera conservarte, pero… ¡A la fuerza ya no quiero tu amor!”
Hombre ¿Cuántas mujeres en el mundo quisieran tener el valor de pronunciar este diálogo, aunque sea doloroso antes de darle punto final a una relación que sólo les ha traído penas, soledad, lágrimas y sufrimientos a su vida? no lo sé, creo que muchas.
Pero lo que sí es evidente es que pocas mujeres se animan a tomar las riendas de su corazón y de su vida, en vez de ser gobernadas, o atreverse a dar su autorización para ser manipuladas y chantajeadas sentimentalmente por ese hombre cómodo, al que le encanta llevar una doble vida, y hasta se pavonea de ello como si su obra fuera para aplaudirse, o que en el peor de los casos, le gusta jugar con los sentimientos ajenos o llevar una relación superficial, sin compromiso, o de manera gratuita y de forma regalada, porque amigas queridas, de que los hay. ¡Los hay y son muchos!
Me gustaría tener a la mano en este momento, las cifras de infidelidades, divorcios, separaciones, desintegraciones familiares, violencia de todo tipo, y grados de depresión, de ansiedad y hasta de suicidios femeninos que existen en las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a causa de este fenómeno tan conocido en todas las esferas sociales del planeta tierra. Y desgraciadamente la mujer lleva todas las de perder… ¡Si se deja!!
Entonces concluyo: Cuando una mujer se enamora, y debe pensar muy bien de cómo es su pareja. Averigua por su familia, su pasado. Si creen en Dios, tendrán mas moral.
Pide a Dios a que te guie y no te cieges,el final es muy triste para Ti y tus hijos, no aceptes a quien no vale lo que tu.
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