El pastor como director de orquesta
Últimamente he estado viendo en la mayoría de los materiales cristianos para el liderazgo un énfasis creciente en la figura del pastor como un ejecutivo en jefe, similar al presidente de una corporación. Creo que este modelo es peligroso.
Poco tiempo atrás un pastor me escribió preguntándome: «¿Cree que Jesús seria el gerente de una empresa?». La verdad es que yo también me pregunto lo mismo. La iglesia no es una empresa, por lo que no creo que deba ser administrada como si lo fuera. La mayoría de las empresas están para producir ganancias, las iglesias no tienen ese propósito. Las empresas manufacturan y distribuyen productos, las iglesias tienen que ver con relaciones interpersonales, con gente. Debido a que los motivos centrales de las empresas y las iglesias no son los mismos, los pastores que adoptan un rol de empresarios pueden llegar a generar cierta calidad ministerial mecánica y metálica. Un ejecutivo efectivo puede llegar a conducir con integridad una organización religiosa pero no necesariamente podrá pastorear una iglesia.
Una compañía puede ganar la clientela de otra. Esa es la manera en la que el sistema competitivo funciona. Cuando una compañía automotriz avanza sobre el mercado de otra, los ejecutivos de ventas son los elogiados. Sin embargo, en las Escrituras no se instruye a las iglesias a hacer proselitismo en contra de otras sino, antes bien, a crecer por medio de las conversiones, renovación y nueva vida, las cuales vienen como resultado de relaciones interpersonales cálidas y por el poder espiritual, no por medio de las matemáticas.
Las empresas tienen restricciones legales antimonopolios, pero no hay limitaciones espirituales para la cooperación pastoral e ínter eclesiástica. Los grandes y buenos pastores que conozco lo son «de rebaño». El líder de la iglesia necesita un corazón pastoral y no puede ser un frío ejecutivo «nariz estirada» que contrata y despide personal. La iglesia no funciona de esa manera. Mucho del trabajo de la iglesia es hecho por voluntarios, a los que debemos considerar como tales. Son siervos del Rey, hijos de DIOS.
Es vendad que la iglesia necesita un liderazgo efectivo y el pastor puede usar muchas herramientas de una buena administración, pero una iglesia que se ajusta demasiado a patrones empresariales exitosos podrá tener ganancias a corto plazo y pérdidas a largo plazo. Cualquier modelo funcional debe enfocar lo que el pastor hace. Y la primera responsabilidad del pastor es conducir a la iglesia para alcanzar al mundo perdido, desarrollándose en madurez, y funcionando como un compañerismo espiritual, no simplemente como una organización eficiente. Sugiero que cambiemos el modelo del ejecutivo empresarial por otro que, a EL.
DIRECTOR DE ORQUESTA
Déjenme ofrecer un nuevo modelo: el del director de una orquesta sinfónica. Como ejecutivo de una empresa he estudiado muy provechosamente los métodos del director George Szell de la orquesta Sinfónica de Cleveland. Al estar en mayor contacto con pastores veo que el rol del director de orquesta se aproxima más al del pastor.
El director de orquesta, como el pastor, tiene que ver con la cultura, con el arte, con la vida emocional, con la gente de una manera especial: los dos manejan aquellos factores «suaves» de la vida como el amor, la fe y las relaciones. Los factores «fuertes», como presupuesto, autoridad, obligaciones, mantenimiento de las instalaciones, etcétera, requieren atención, pero a lo largo del tiempo, los factores que terminarán dominando serán los «suaves», así como el agua, tarde o temprano, termina horadando la piedra y modificando las riveras. De igual manera, el líder espiritual debe ser una persona más interesada en los factores «suaves» que en los «fuertes».
Al escuchar una entrevista a dos músicos de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, vino nuevamente a mi mente la analogía del pastor como el director de orquesta. El entrevistador preguntó: «¿Qué hace que la orquesta respete al director?». «Primeramente –respondieron- el director debe respetar al compositor. En segundo lugar, debe tener un conocimiento intimo de la partitura». Estas dos características se aplican directamente a los pastores.
Escuela Cristiana de Negocios
info@escuelacristianadenegocios.com
www.escuelacristianadenegocios.com
+54 11 4672 0166
Buenos Aires, Argentina