(Zaida C. de Ramón)
Cual águila es el cristiano, es fiel la comparación; se deleita en las alturas en Aquel que lo creó.
Si alguna vez intentara elevarse y no pudiera, es tiempo de renovar todas sus plumas ya viejas.
A la Roca se dirije, contra ella se quebranta, voluntariamente sufre pero sale renovada.
Si el mal tiempo se avecina y le alcanza la tormenta, No teme, no sale huyendo; nunca jamás se amedrenta.
Esta es la oportunidad, el momento que esperaba; con voluntad y valor se dispone a traspasarla.
No tarda en subir muy alto; alcanzó lo que anhelaba: que el huracán con su fuerza a la cima le elevara.
Se cumple ese hermoso verso de la Escritura sagrada: "Todo obra para bien en aquellos que a Dios aman" |