¡Paz es lo que queremos!
Cuando pesamos en paz, imaginamos la ausencia de guerras. Al mirar las noticias diarias quedamos perplejos con el aumento de la violencia en nuestro País. Parece que el ser humano se está convirtiendo en su propio depredador. Estudiosos buscan las razones para el comportamiento violento del ser humano. Algunos consideran al hombre un producto de su ambiente, lo que, en parte, es verdad. Si alguien crece rodeado por la violencia, tendrá grandes chances de reproducir eso en su vida adulta. El deseo de Jesús es que las personas se relacionen bien unas con las otras, perdonándose mutuamente y construyendo puentes en sus relaciones. Él promete estar junto, acompañando, levantando a los caídos, cargándolos en Sus brazos y orientándolos para una vida más segura y feliz.
Señor Jesús, permite que yo sea un instrumento tuyo para mejorar la vida de las personas y vivir en paz con todos. Ayúdame en mis debilidades.
“Tan solo en Dios encuentro paz, pues mi esperanza viene de él” (Salmos 62:5)
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