Hablar
“Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad” Hechos 18:9- "
Que Dios habla a sus siervos, no quedan dudas. ¿De que forma?, Dios lo hace como quiere y cuando quiere, a Pablo le habló en una visión de noche, su misión no era fácil. Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma, muchos de ellos se fueron a Corinto, con todas sus costumbres y tradiciones religiosas. Por lo tanto cuando Pablo comienza a estar en contacto con ellos, les habla de este Jesús a quien habían crucificado y que era el Señor y Cristo (Mesías).
El sabía lo sensibles que eran los judíos en este tema, por lo cual el Señor tiene que decirle: “No temas”. El Señor sabe que no es fácil ir contra la corriente, que van a haber problemas, porque él, Pablo, ya los había experimentado, en otros lugares donde había estado. Inmediatamente Dios le transmite Su Urgencia de Ezequiel 33:11, cuando dice: “Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis?.
Pablo lo sabe, por eso Dios le dice: “Habla y no calles”. Hablar compromete, hablar trae consecuencias. Para el que escucha, la consecuencia de tomar una decisión aceptando o rechazando. Para el que habla puede significar, ser discriminado, ser despreciado, ser marginado, ser perseguido, y en sociedades intolerantes, puede llevar a la cárcel e inclusive puede costar la vida. Cuando Dios te da una misión, te recuerda que El está contigo, “que nadie podrá poner su mano sobre ti para hacerte mal”, porque El te protege. Así que, sé obediente a su mandato: “habla y no calles”. Porque hay mucha gente que necesita al Señor, muchos que andan en sus malos caminos y no conocen la condenación de Dios. Muchos que viven sus propios infiernos, sin pensar que hay un infierno eterno. Muchos que piensan en la posibilidad de terminar con su vida, ignorando que hay un Dios que quiere darnos una nueva vida, llena de paz en medio de nuestros problemas, con el gozo de saber que Dios nos acompaña.
¡Señor ayúdame para hablar y no callar acerca de Jesús!.
GRACIAS A LA HERMANA SILVIA POR EL FONDO PEDRO PABLO |