Supongo que la mayoría de vosotros conoceis el clásico de Julio Iglesias que lleva por título el mismo que este artículo: “Me olvidé de vivir”, canción que él conocido cantante escribió cuando lo abandonó su primera esposa. Os voy a dejar unas cuantas frases entresacadas de esta preciosa composición.
De tanto correr por la vida sin freno,
me olvidé que la vida se vive un momento,
de tanto querer ser en todo el primero,
me olvidé de vivir los detalles pequeños.
De tanto cantarle al amor y a la vida,
me quedé sin amor una noche de un día
y perdí sin querer lo mejor que tenía.
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Hoy me toca llorar, yo que siempre reía.
De tanto correr por ganar tiempo al tiempo,
de tantos fracasos, de tantos intentos,
por querer descubrir cada día algo nuevo,
ya no soy el de ayer, ya no sé lo que siento.
Me olvidé de vivir, me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir, me olvidé de vivir
Estos días en los que estamos comenzando a caminar por un nuevo año, vienen muchos pensamientos a la mente de cada uno de nosotros.
Unos hacen balance, otros sueñan sin rendirse nunca, otros piensan que nada va a cambiar jamás………….a mi se me vienen a la mente unas cuantas cosas que aprendí a lo largo de mi vida. Unas me costaron muchísimo, otras mucho, otras algo menos. Pero cada una de ellas requirió un esfuerzo grande por mi parte. Algunas me costaron renuncias, otras precios altos y en todas, la humildad de decir: me ha costado!, pero he aprendido! y me gustaría compartir algunas de estas cosas con vosotros, aunque podría añadir muchas más a la lista.
APRENDÍ A NO JUZGAR JAMÁS A NADIE…….cuando un día me examiné a mi misma y vi que, por muy cerca que viva del Señor, no soy perfecta. Mi Padre todavía no ha acabado Su tarea conmigo.
APRENDÍ A PERDONAR……cuando en una ocasión escuché un perdón tan arrepentido y sincero, que mis ojos se llenaron de lágrimas, mis más profundas entrañas se conmovieron y mi corazón se llenó del precioso amor de mi Señor.
APRENDÍ A DECIR NO!! CON FIRMEZA………..a cualquier idea, persona o cosa que no concordara en esencia, milimétricamente, con la Palabra de mi Señor
APRENDÍ A VALORAR LO BUENO QUE TENGO………….cuando comencé a observar a mi alrededor y vi a personas con problemáticas muy superiores a las mías.
APRENDÍ A VOLAR………..cuando decidí fehacientemente que no permitiría jamás que nadie, absolutamente nadie me volvería a colocar los grillos y las cadenas de las que mi Cristo me liberó hace muchos años.
APRENDÍ A NO TENER MIEDO……..cuando me agarré con fuerza a las palabras: “Ningún arma forjada contra ti prosperará”.
APRENDÍ A SER FELIZ………la última vez que le oí a mi Amado susurrar a mis oídos: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida…….no te dejaré ni te desampararé……solamente esfuérzate y sé muy valiente. El Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Alguien a quien aprecio mucho me dijo que había aprendido en la escuela de la vida de la Mano del Divino Maestro. Por supuesto!!.....de quién sino??
El Dr. La Cueva siempre contaba algo que expresaba muy bien esta realidad: “Cuando lleguemos al cielo alguien nos pedirá nuestro carnet, en él no figurará nuestra foto, sino la mismísima imagen de Cristo”. Siempre me encantó esta preciosa y creo que acertada ilustración. Pero hay un problema, hay personas que pasan por la vida cristiana, por muy dilatada que sea en el tiempo, sin cambiar nada en absoluto, sin intentar corregir sus errores; en definitiva, sin parecerse al Señor Jesús un poquito más cada día. Eso es un mandamiento bien explícito en Las Escrituras
Qué es lo que hago yo??......no soy perfecta, os lo aseguro!, pero procuro mejorar cada día, intento que mi manera de ser, mi carácter y toda mi vida sean cada vez más semejantes a mi Cristo, hasta llegar….”a Su estatura”…..hasta que en mi “carnet” no figure mi foto; sino la Suya.
Te olvidaste de vivir??.........te olvidaste de aprender??...... Hoy quiero invitarte a unirte a mi en la no fácil tarea de intentar, día a día, subir un peldaño más cerca de Él, ser más semejante a Su imagen y poder ser un instrumento útil en Sus benditas Manos y una bendición para todos aquellos que me rodeen.