REFLEXIÓN VIERNES 17 DE ENERO DE 2014.
“No se engañen ustedes mismos, porque de Dios no se burla nadie. Uno cosecha lo que siembra.” Gálatas 6:7.
Hay un refrán que dice: -El que anda entre la miel algo se le pega. -Es difícil permanecer inmune si compartimos frecuentemente con personas que se expresan con vulgaridades, con personas pesimistas, negativas, murmuradoras, agresivas, quejumbrosas, etc. Es muy probable que el que con este tipo de compañías anda, muy pronto resultará tremenda parecido a sus compañeros de andanzas.
Definitivamente, este tipo de acciones pueden afectar a otros, no solo en lo espiritual, sino también físicamente. Algunos dirán: -Que se pega se pega-. Dice la Escritura: ¿Puede alguien echarse fuego en el pecho sin quemarse la ropa? ¿Caminar sobre las brasas sin quemarse los pies? Proverbios 6:27-28. No puede esperar nada bueno todo aquel que adultera, que miente, que hurta, que recibe cohecho, que crea disensión, de seguro, un día todas estas cosas se volverán en su contra. Recibirá de lo que ha sembrado.
¿Qué sucede cuando usted comparte con personas que, a pesar de lo problemas y las dificultades que se presentan, siempre tienen en sus labios una palabra agradable? No es que ignoren el problema, sino que lo ven como una oportunidad de hacerse fuertes, siempre encuentran en estos tropiezos algo positivo. Son personas cuyo atractivo es pegajoso.
Cada instante necesitamos ese toque del Altísimo, para enfrentar cada día con alegría, con gozo y con paz, sabiendo que nuestra fortaleza viene del Señor Jesús y que solo cuando mantenemos una relación permanente con El, echaremos de nosotros toda maledicencia, toda envidia, avaricia, toda duda y ansiedad. El hará que de nuestro interior brote, y se pegue a otros, el amor a los demás, el estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes, amables y a tratar bien a los demás; nos lleva a tener confianza en Dios, a ser humildes y a saber controlar nuestros malos deseos.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Gracias porque tu palabra es lámpara que guía mis pasos; luz que alumbra mi camino. SEÑOR, acepta la alabanza de mis labios y sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Dios mío, roca mía y redentor mío. Guíame con tus enseñanzas y afianzaré mis pasos, abre mis ojos y hazme ver lo maravillosas que son tus enseñanzas e imprégname de tu amor, de tu gozo y de tu paz, que te complazca todo lo que digo ó pienso, en el poderoso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ