REFLEXIÓN VIERNES 11 DE ABRIL DE 2014.
“Entonces Jesús volvió a gritar con fuerza, y entregó su espíritu. En ese momento la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas.” Mateo 27:50–51.
A todo aquel que le gusta el teatro, en estos días de Semana Santa, tiene la oportunidad de ver diferentes obras en el Festival Internacional de Teatro, que se realiza en la ciudad de Bogotá. El que asiste a una obra teatral, puede escoger localidades como Vip, Preferencial ó General, esto depende del deseo que tenga de estar más cerca de los actores, una vez se abra la cortina que separa a los artistas del público asistente.
Durante el tiempo de la vida de Jesús, el velo del santo Templo en Jerusalén, era el centro de la vida religiosa judía. Este velo o cortina de aproximadamente 18 metros de alto y un espesor de cerca de 10 centímetros, separaba el Lugar Santísimo, donde moraba la presencia de Dios y al cual solo el sumo sacerdote tenía permitido pasar tras el velo, una vez al año, para entrar ante la presencia del Dios Altísimo y hacer expiación por los pecados del pueblo de Israel.
El velo en el Templo, era un recordatorio constante de que el pecado mantiene a la humanidad apartada de la presencia de Dios. Cuando Cristo murió “En ese momento la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” Mateo 27:51a. Su muerte, quitó las barreras entre Dios y el hombre y, ahora, podemos aproximarnos a Él confiadamente y en cualquier momento, sin importar la edad, el sexo, raza, nacionalidad, etc., Todos, absolutamente todos, podemos acercarnos al lugar Santísimo con corazón sincero y arrepentido, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, quien por amor a nosotros murió y resucitó y está sentado a la diestra del Dios Padre, intercediendo por nosotros.
¿Qué localidad quieres escoger para estar en la presencia del Altísimo? Vip, Preferencial ó General. Esto depende de ti, del anhelo que tengas en tu corazón de contemplar su gloria y su poder. No hay velo que te impida acercarte a Él, nuestra entrada ya la pagó nuestro Señor Jesucristo con su sangre.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Gracias, porque mediante la sangre de Jesús, tengo plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto, a través de su cuerpo. Me acerco confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que me ayuda en el momento que más lo necesito, en el poderoso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.-
FELIZ SEMANA SANTA-
ARBEY SERNA ORTIZ