LA LUZ DE UNA PLEGARIA
Cuando eleves tu plegaria al Padre, recuerda que depende de ti que se oiga verdadera. El Padre sabe lo que tu deberías saber primero, a veces no te responde hasta que tu se lo preguntas. Por eso, cuando hables con él interiormente, regocíjate primero de sentir la unión con todo lo que realmente te importa y piensa que lo que sientes se manifestará en tu mundo real, porque los pensamientos son creaciones. Lo que tu deseas está en tu pensamiento y en ese instante crucial en que la intención vale más que mil palabras; que es cuando sientes la luz de tu plegaria que regresa a ti multiplicada en amor.
Dios te bendiga
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