Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: AMOR REAL
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 28/05/2014 20:52

AMOR REAL

 

1 Juan 4.19 Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero.

Recientemente me invitaron con solamente horas de tiempo a llevar el mensaje central en una reunión de culto. Ante el desafío me puse en manos de Dios para que Él me indique qué predicar, e inmediatamente vinieron a mí las palabras de un pastor amigo, que hace más de 12 años me enseñó una vez que los cristianos siempre tenemos un tema del que debemos hablar a otros. Predicar sobre el amor de Dios.

 

Esto lo sabemos todos, Dios nos ama. Nos ama profundamente.

Sin embargo, por alguna razón que hay que analizar, ese amor tan profundo e incondicional no nos llega al alma conmoviéndonos. Y lo mismo pasa en el camino inverso, decimos amarlo pero no parece que eso lo actuemos como lo hablamos.

No vivimos una relación de ida y vuelta de amor con Dios, como debería pasar entre dos seres que realmente se aman.

Es que lo maravilloso es que Dios te ama de forma personal. Poderosamente. Apasionadamente.
Otros te prometieron lo mismo y fallaron.
Pero Dios hizo una promesa y la cumplió
Pienso que fuimos endureciendo nuestro corazón, y ya no está abierto incondicionalmente al amor. Tenemos miedo de abrirlo nuevamente. Tenemos miedo que Dios nos termine defraudando, como lo hicieron las personas.

Es que las experiencias de amor imperfecto humano vividas desde la infancia nos obligaron a replegarnos en nosotros mismos, a construir protecciones que cubran la fragilidad del corazón.

En este tiempo de seguir a Jesús, descubro que muchas personas vienen a la iglesia para no estar solas.

O por agradecimiento a los pastores o líderes, que en algún momento los ayudaron.

O por una necesidad material.

O porque necesitan un sentido para sus vidas.

O porque se dieron cuenta que los valores morales con que se manejaron hasta ahora, no fueron buenos, y creen que necesitan un cambio.

Creen en la filosofía del cristianismo, creen que los cristianos llevan una vida sana, creen que es la mejor vida que pueden ofrecer a sus hijos.

Pero no están verdadera y profundamente convencidos que Dios esté presente en sus vidas como un ser real, no están verdaderamente conscientes de Su Amor… y tienen miedo de amar.

Una cosa es participar, entregar nuestro tiempo, dar nuestro dinero… y otra cosa es entregar nuestro corazón.

 

Es delicado… ¿y si nos vuelven a lastimar?

 

¿Dónde estás tú que lees? ¿Cuál es la razón íntima y verdadera por la que dices estar en el camino de Cristo?

Él te ama con un amor indefectible. Y su amor, si se lo permites, te puede llenar.

Te cuento una historia

Él es el líder de la iglesia. Ella es una mujer de la calle.

Él se gana la vida promoviendo principios morales. Tiene una autoridad espiritual respetada por la comunidad.

Ella se gana la vida rompiendo esos mismos principios.

Él hizo una fiesta, una gran fiesta porque tiene un invitado especial. Ella entró sin invitación.
Si les preguntas a cualquiera de la ciudad, te van a decir con toda claridad cuál de los dos es más piadoso. Si ellos tienen que hablarte de los dos, seguramente van a elegir hablar bien de él. Se llama SIMON.

Pregúntales, todos eligen a Simón.

Porque, al fin y al cabo, es un brillante estudiante de teología, es un hombre de hábitos saludables. No sale de noche a bailar, ni anda en las tabernas. No bebe alcohol, y pasa su vida en el templo. Todos lo elegirían a él.

Es decir, todos menos Jesús.

Jesús los conoce a los dos.

Y si Jesús eligiera, se quedaría con la mujer.

Jesús elige a la mujer.

 

Simón piensa ¿Cómo pudo colarse en mi casa, en mi fiesta, esta mujer de la calle? ¿Quién dejó entrar a esa mujerzuela, a esta prostituta?

Simón está enojado. La mujer arrastrándose a los pies de Jesús delante de todos los presentes.

¡Y besa sus pies!

Si Jesús fuera quien dice ser, no tendría nada que ver con esa mujer.

Una de las lecciones que aprendió Simón en la fiesta fue: “No tengas pensamientos que no quieras que Jesús oiga”.

Porque Jesús los oyó, y después de oírlos decidió responderle.

Lucas 7. 40-47"Simón una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di maestro. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta. Y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más.
Y Él le dijo: Rectamente has juzgado. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies, mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite, mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho, mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama"


Simón no hace nada para que Jesús se sienta bien. Para él, la presencia del Maestro es importante, porque se puede jactar ante sus amigos y conocidos. Para que las otras personas digan “estuvo en casa de Simón”… Realmente no le interesa aprender nada de Él.

En cambio, la mujer hizo todo lo que no hizo Simón.

No sabemos su nombre. Sólo su reputación: una pecadora. Una prostituta. Ella no sería aceptada en el templo. Su presencia molestaría a los demás.  
Pero el "qué dirán "no la hizo desistir de ir a la fiesta.

Ella no vino por la gente. Vino por Él.

Cada uno de los movimientos de la mujer tiene un sentido claro. Apoya las mejillas en los pies de Jesús.

Ella no tiene agua, pero sí lágrimas.

No tiene toalla, pero tiene su cabello.

Usa ambas cosas para lavarle los pies a Cristo. Abre un frasco de perfume, quizás su única posesión valiosa, y lo derrama sobre la piel de Jesús.

Lo increíble es que la mujer no trata de evitar a Jesús.  No se queda lejos de Él sintiendo que no hay lugar para ella en el corazón del Mesías.

Es una mujer de la noche, una mujerzuela del pueblo.

Si viviera en Río Gallegos, estaría trabajando en una de nuestras “casitas”. Viviendo lejos de la gente respetable. A muchas cuadras de donde viven los decentes.

Probablemente nunca se acercaría a alguna de las 44 congregaciones cristianas de nuestra ciudad, o de la tuya que estás leyendo.

 

Pero ella no puede resistirse a Él.

 

Hay algo que ella descubrió y que Simón ignora.

Un tesoro que ella valora y que Simón pasó por alto.

Ella descubrió a los pies de Jesús el amor de Dios.

 

No sabemos cuándo ni cómo oyó hablar de Jesús.

¿Andaría por ahí cerca cuando el Mesías se compadeció de la viuda de Naín?

¿Le habría contado alguien que Jesús tocaba a los leprosos y convertía en discípulos a cobradores de impuestos?

Creo que no lo sabremos hasta que podamos hablar con ella en el Cielo. Pero hay una cosa que sí sabemos: estaba sedienta, desesperada. Se sentía culpable, ya no podía más. Vino con sed. Estaba verdaderamente seca y arrepentida. Necesitaba ser ministrada por el Amor de Dios.

Simón en cambio, ni siquiera sabe que tiene sed.

La gente como Simón no necesita la gracia, no necesita misericordia.

 No es que Simón no pudiera recibir perdón, es que nunca lo pidió porque nunca creyó necesitarlo.

Mientras ella tiene un montón de amor que dar, él no puede ofrecer ninguno

¿Por qué?

Jesús lo explica claramente. "mas aquel a quien se le perdonó poco, poco ama".

En otras palabras, no podemos dar lo que no hemos recibido.

 

Si nunca hemos recibido amor, ¿cómo podemos amar a otros?

Tenemos miedo. Miedo de amar.

Porque probablemente estemos equivocándonos en el procedimiento. El primer paso en el amor no es hacia la gente, sino hacia Él.

 Das amor si lo recibís primero. "Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero".

¿Quieres aprender a amar más?  ¿Te tocó una vida sin amor y quieres cambiar ese pasado?

Empieza por aceptar tu lugar como un hijo amado." Por tanto imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó".
¿Quieres aprender a perdonar?

Entonces piensa en todas las veces que recibiste perdón…

"Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo".

¿Necesitas más paciencia? Inunda  tu corazón con la paciencia de Dios.

Seguramente me estarás diciendo, “Pero si nosotros no hemos recibido estas cosas, ¿cómo podemos dárselas a otros”?

 

Separados de Dios no tenemos en nosotros el amor necesario:

·         para salvar un matrimonio.

·         para mantener nuestras amistades.

·         Para preocuparnos por nuestros hijos y salvar sus vidas.

·         Para honrar a nuestros padres.

·         Para amar a nuestros enemigos.

·          

Necesitamos ayuda de una fuente externa. ¿Podemos amar como Dios ama?

Para lograrlo, tenemos que comenzar recibiendo el amor de Dios.
Nuestros corazones no tienen suficiente amor.

 

El apóstol Juan expresa: "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados".

Un amor inentendible. El amor Ágape es locura para los que no han tenido contacto personal con Jesucristo. Sin entender ese amor, la cruz es una locura absoluta e inentendible.
El secreto de amar es vivir siendo amado. Al igual que los árboles sacan sus nutrientes de la tierra, nosotros los obtenemos del Padre.
Tenemos que dejarnos penetrar, atravesar por completo por el amor de Dios. Tenemos que bajar las barreras del miedo con Él.
Juan nos dice que "Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él"
Mucha gente nos reclama amor. Sólo Dios nos da el poder para poder darlo.

Pero, ¿cómo podemos hacerlo? ¿Cómo podemos ser cariñosos con la gente que no cumple sus promesas? ¿Con los antipáticos? ¿Cómo ser amables con personas tan frías como témpanos de hielo y tan tiernas como un puerco espín? ¿Cómo podemos amar del mismo modo que Dios nos ama?

¿Cómo podemos amar al violador, al adúltero, al asesino, al que encarcela, tortura y mutila hasta morir a quienes no comparten su fe?


La única senda, la única respuesta es: “si vivimos recibiendo amor. Primero recibir, segundo amar”.
Me gustaría que pudieras darte el permiso de intentarlo.
La Biblia dice: "El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni 0rgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija en la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá".

Verdaderamente recité y prediqué muchas veces este pasaje, pero tengo problemas con él. Esta cita de Pablo marca un estándar que no puedo alcanzar. Nadie lo puede alcanzar.

Nadie, excepto Cristo.

En vez de dejar que este texto nos haga pensar en un amor que no podemos producir, dejemos que nos recuerde un amor al que no podemos resistirnos. El amor de Dios.
Yo sé que tienes sed.

Yo sé que te sientes seco por dentro.

Yo sé que necesitas esa cuota de amor de la que hablo.

 

Estás sediento de este tipo de amor.

 

Aquellos que pudieron amarte no lo hicieron. Te abandonaron en el hospital. Te abandonaron en el altar. Te dejaron con una cama vacía. Con un corazón roto. Hasta con golpes en la cara.


Por favor, escucha la respuesta del cielo. Dios te ama. De forma personal. Poderosamente. Apasionadamente. Otros te han prometido lo mismo y han fallado. Pero Dios hizo una promesa y la cumplió. Él te ama con un amor incondicional.

Yo sé que tienes sed, amigo. Sé que necesitas de ese amor que vuelva a darle sentido a tu vida.

 

Ven entonces, en el altar está la copa llena que va a saciarte para siempre. No es una promesa mía, sé que no la creerías. Es promesa de Dios, y Él nunca pero nunca miente.

 

HECTOR SPACCAROTELLA          

Río Gallegos

Argentina

tiempodevocional@hotmail.com

www.puntospacca.net

seguinos en Facebook, haciendo click en “tiempo devocional”.


Inspirado en un texto de Max Lucado, que adapté agregando contenido propio.



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 29/05/2014 01:06


Hasta mañana Hector, que tengas un buen descanso!! Araceli

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 30/05/2014 04:27
Maria Pictures, Images and Photos


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados