¿Alguna vez te sentiste como “el fallado” o “la fallada”?
“Fallado” porque pareciera que todos construyen parejas felices y estás solo (o porque tu vida sentimental no pasa por el mejor momento).
“Fallada” porque pareciera que las mujeres embarazadas se hubieran complotado para desfilar delante de tus narices y tu sueño de ser mamá se complica cada vez más.
“Fallado” porque pareciera que todos son bellos, simpáticos y populares, mientras sientes que tu lugar en el mundo es el último rincón donde nadie nota tu existencia.
“Fallado” porque pareciera que todos tus compañeros de estudio, de acuerdo a tu perspectiva, te superan en su rendimiento.
“Fallado” porque pareciera que las ideas de los demás siempre son mejor bienvenidas que las tuyas.
“Fallado” porque pareciera que toda la gente tuviera absoluta claridad sobre su dirección en la vida, y en tu caso la brújula se perdió hace bastante tiempo.
“Fallado” porque pareciera que todos los demás se destacan en los deportes, mientras que la destreza física nunca fue tu virtud.
“Fallado” porque pareciera que Dios no responde afirmativamente tus pedidos de oración desde hace bastante tiempo.
Algunos viven en estado de “fallado” durante toda su vida. Se han sentido así cada día de su vida. No conocen otro tipo de vivencias.
Otros lo hemos sentido en algún momento determinado.
Existe también el caso de aquellos que se sienten “fallados” de acuerdo al tema que se toque. Se perciben como completos o exitosos en determinadas áreas, y “fallados” en otros aspectos de la vida.
No te daré consejos, pero si quisiera en este día proponerte algunas preguntas para reflexionar:
¿Quién te convenció que ser una mujer sin hijos te convierte en “fallada”?
¿Será tan cierto que todos los demás han construido una vida fantástica y tú eres el único infeliz “fallado”?
¿Por qué todo debería salirte bien o por qué deberías ser brillante en todas las áreas de la vida para no sentirte “fallado”?
Si vas a mirar al prójimo, ¿por qué no hacerlo para aprender de ellos en lugar de compararte y autopercibirte como el “fallado”?
¿Podrás aceptar la soberanía de Dios como para convivir con un “No” de parte de Él, o un “Espera un tiempo más”? ¿O será que no eres un “fallado”, pero sí tienes un “plan fallido” que deberías modificar?
¿No será la hora de concentrarte en todas tus capacidades en lugar de tus “fallas”, para vivir más feliz y para ser una persona más atractiva?
Amigo, no creas la mentira diabólica de que eres un “fallado”. Muchos “ex fallados” hoy pueden dar testimonio de cómo ha cambiado su vida cuando dejaron de verse con esa etiqueta. Eres creación de Dios, y Él es el Único Fabricante Perfecto. Celebra tus mejores partes, mejora todo lo que puedas y acepta también tus limitaciones.
GUSTAVO BEDROSSIAN