Recuerdo una interesante pero triste conversación con un buen amigo que llevaba desde adolescente en la iglesia. Era un hombre que había apoyado diferentes ministerios, de gran inteligencia y capacidad, pero que se sentía cada vez más escandalizado por la generalización del abuso actual de las iglesias con cierto tipo de practicas. Mientras las personas que no lo eran comenzaban a ponerse el nombre de cristianos o evangélicos, muchos líderes y miembros desertaban de las iglesias al no sentirse identificados con estos ministerios «populistas».
Muchos de estos líderes se convertían en cínicos o escépticos, metiendo todos en el mismo saco. En mí país, algunos de los evangélicos que habían conseguido cargos prominentes en el mundo secular se apartaban de su iglesia al ver este tipo de comportamientos.
A veces se hace muy difícil la comunicación entre los líderes exitosos y aquellos que parecen haber fracasado. Unos y otros se juzgan. Para los «fracasados», los exitosos son vendedores de aire, con un evangelio light, que lleva a sus feligreses a vidas cristianas superficiales. Para los «exitosos», los «fracasados» son unos resentidos que lo que tienen es envidia.
Lo más triste de esto es que muchas pequeñas iglesias se van cerrando o no tienen pastor. Los pastores con cierto nivel únicamente aspiran a congregaciones ricas o grandes que puedan sostener su ministerio exitoso.
Un pastor de una iglesia mediana de mi país me sorprendió por su ejemplo de humildad. Este hombre logró convencer a su iglesia para que editara un periódico gratuito que tiene como fin evangelizar su ciudad. Cada dos meses hacen una gran tirada de este periódico y el pastor, un hombre de cierta edad, toma su carrito de la compra cada día con unos pocos cientos de periódicos y se va a la puerta del metro a repartirlos. Cualquiera que le viera con el carrito podía pensar que otro podía hacer ese trabajo por él, ya que estamos convirtiendo a los pastores en ejecutivos y no en siervos. Para mí es un verdadero modelo de triunfador.
Tomado de La Soledad Del Liderazgo ©20014 por Mario Escobar. Usado con permiso de Grupo Nelson.