Parte 60
De pronto, se llegó el momento de presentarme en el Centro Médico del Seguro Social en la ciudad de Veracruz, en donde días antes había acudido mi esposa con nuestra consuegra llamada Teresa y a quién agradecemos profundamente el que donará sangre que sería utilizada durante mi operación.
Por todo lo que había pasado, desde que se presentó este desajuste en mi cuerpo hasta esos momentos, nos tenía sorprendidos a mi esposa y a mí porque todo se había desarrollado de una manera sin grandes dificultades, desde la ayuda recibida de mi sobrina Araceli, de la atención gratuita que recibí de parte de sus colegas, de la ayuda de mi hermano Juan, de la amiga de mi cuñada María Luisa; Pilar, de puebla, de la facilidad y rapidez para ser aceptado en el DIF a través de la ayuda desinteresada del Médico Carlos, del ofrecimiento de mi cliente y amigo José Luis Munguía para ser inscrito nuevamente en el IMSS, de contar con la ayuda de médicos familiares de mi esposa en ese instituto, de contar con la amistad de muchos años, del director de dicho instituto José Luis Lucia, de recibir una atención de primera de todo el personal médico y enfermeras que me atendieron, de la atención que recibí en el Centro Médico, del diagnóstico del Médico Canales, del ofrecimiento del Médico Reyes Savignon para hacerse cargo de la operación del tumor en mi cerebro, pero sobre todo, de contar con el amor y misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para que todo lo anterior fuera llevado tan facilmente, y más que nada, de la fortaleza de la fue investida mi esposa Elia María para soportar con amor, con paciencia y con valentía todo este proceso que se llevó a cabo desde el mes de enero, hasta los últimos días de Septiembre de 1998. Pero faltaba aún mucho más.
Fui internado en Dicho Centro y fui llevado al pabellón que me correspondía y en el que fui preparado para la operación. Por principio de cuentas, me introdujeron un catéter, desde la vena que está en el centro de mi brazo derecho hasta el corazón, por donde me serían administrados todos los medicamentos que se requerían. Posteriormente me colocaron una sonda a la vejiga para que tuviera un reposo conveniente y no fuera necesario pararme para hacer esa necesidad, en unos instantes fueron conectadas al catéter varias botellas de medicamento colgadas de un soporte especial que empezaron a fluir dentro de mi cuerpo.
A los dos días, me llevaron rumbo al quirófano, nunca olvidaré que durante el trayecto de mi cama a la sala de operaciones, pareciera que yo era el protagonista de una película de la vida real, ya que cuando era trasladado en una camilla, iba yo boca arriba viendo pasar de cuando en cuando, las lámparas de neón colocadas en el techo de los pasillos por los que circulaba hasta llegar a una sala de espera para después ser introducido al quirófano.
Allí permanecí un tiempo que no podría precisar, pero que sin duda alguna se me hizo muy largo. En ese tiempo de espera, dos o tres personas que también esperaban, fueron introducidos a las planchas programadas para ellos en las que serían operados, mientras tanto, yo seguía esperando mi turno con toda la paciencia posible, cuando de repente, se acerca a mí una enfermera y me dice:
Don José Luis, vamos a regresarlo a su cama, porque una de las lámparas que se debían ocupar en su operación se fundió y hay que reponerla, por lo consiguiente, su operación se ha pospuesto para el día de mañana.
Recorrí nuevamente el trayecto anterior, sólo que a la inversa, volviendo a desfilar ante mis ojos esas lámparas de neón como si se repitiera una película de la cual yo era la estrella sin proponérmelo.
Cuando ya estaba en mi cama, se acercó mi esposa y me preguntó que era lo que había pasado, le platiqué lo que la enfermera me había comunicado referente a la lámpara fundida, y por este motivo, le dije a mi esposa, que si al otro día no fuera posible que me operaran, definitivamente ya no permitiría que se me interviniera porque posiblemente ese no era el camino que Dios había dispuesto para mí, y ella estuvo de acuerdo.
Al día siguiente muy temprano, volví a ser llevado hasta el lugar en donde debía esperar, para posteriormente ser introducido a la sala de operaciones. Transcurrieron sólo unos cuantos minutos antes de que me llevaran al lugar en donde sería operado.
Sin entrar en detalles, debo decir, que en esta operación intervendrían dos equipos de médicos, el primero encabezado por un médico Otorrinolaringólogo para efectuar lo que ellos llamaban "el abordaje" el cual consistía en hacer una perforación a través de mi cara, en el punto colocado entre mis ojos y el nacimiento de la nariz, para llegar a lo que se conoce como la duramadre, que es el hueso del cráneo que protege la glándula hipófisis, siendo éste procedimiento el único posible para esta operación, ya que por ningún otro lado se puede tener acceso a ella.
El segundo equipo encabezado por el Neurocirujano Reyes Savignon, era el encargado de retirar parte de la duramadre para tener acceso al tumor hipofisario para proceder a su extirpación y posteriormente volver a colocar la parte de la duramadre que se retiró, y rellenar el hueco hecho anteriormente con partes extraídas de la parte baja del muslo derecho.
Al ser colocado en la mesa de operaciones, me preguntaron que como me sentía, si estaba nervioso o si tenía miedo, ya que si era así, que no me preocupara porque todo iba a salir bien, y yo les contesté, que los que no se debían de preocupar eran ellos, porque yo ya los había puesto en las manos del Señor, y él iba a hacerse presente a través de sus manos, para que la operación se llevara a cabo, según su propósito para mí, es decir: si todo salía bien, era porque él así lo había dispuesto, y si era lo contrario, era porque entonces él así lo había dispuesto, y que mi familia y yo, estábamos preparados para aceptar su voluntad, porque todo en la vida tiene un tiempo, un orden y un propósito que cumplir según la voluntad de Dios.
Ellos agradecieron estas palabras, y en el Nombre de Jesús, empecé a sumirme en un profundo sueño en el que me dormí pensando en su amor y misericordia, para que los médicos y sus equipos dieran inicio a su ministerio.