Esta declaración suele revelar nuestro corazón herido. Muchas veces reaccionamos aislándonos, escondiéndonos o dependiendo de la aprobación de otros. Lo cierto es que las heridas nos llevan a extremos que nos dañan. Nuestro corazón femenino está diseñado por Dios para relacionarse y vivir en constante compañerismo.
La sanidad de nuestro corazón es una obra de Dios a través de personas que él usa para guiarnos y formarnos. Sin embargo, Satanás siempre nos hiere donde Dios quiere usarnos; siempre intenta alejarnos de aquellas personas que nos bendecirán e impulsarán en el propósito de Dios.
La formación en nuestra vida sucede a través de maestros y personas que nos enseñan, por eso vas a la escuela, a la universidad y a la iglesia. Debemos entender que la calidad y la dirección de nuestra vida se verán influenciadas por las personas que nos rodean. Por eso quiero proponerte 5 acciones que debes realizar para disfrutar lo que verdaderamente significa ser formada por Dios a través de mentores.
Acción 1. Reconoce la importancia de un mentor. En la Biblia vemos cómo algunas personas que fueron instrumentos muy usados por Dios, tuvieron mentores que les formaron y guiaron en el proceso de sus vidas. Los mentores nos facilitan el paso a la gracia, misericordia y paz de Dios. En 1 Timoteo 1:2 dice: “A Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Que Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan gracia, misericordia y paz”.
Acción 2. Define qué estás buscando. ¿En qué área de tu vida necesitas ayuda? Busca una mujer cristiana, sabia, prudente, comprometida en su iglesia local. Es importante que te sientas identificada con ella, pero que antes veas frutos de su liderazgo en otras chicas. Recuerda que tus mentores no deben ser perfectos; deben ser íntegros, ya que aprender de los errores propios es ser inteligente, pero aprender de los errores de otros es ser sabio.
Acción 3. Haz preguntas, escucha y toma notas. Aprovecha el tiempo que te da tu mentora y trata de escuchar con atención sus consejos y toma nota para que puedas repasarlos y meditarlos.
Acción 4. Pon en práctica lo aprendido. Al practicar lo aprendido demostramos cuánto atesoramos sus mandamientos y su paz nos llena. Filipenses 4:9 afirma: “Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes”.
Acción 5. Honra a tu mentor. Honrar significa darle estima y respeto a la dignidad de una persona. Cuando alguien hace una labor importante en tu vida, no hay nada más lindo que mostrarle tu estima. Págale el café o almuerzo, sé puntual y exprésale tu aprecio.
Romanos 12:10 “Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente”
No te alejes de las personas que Dios quiere usar para sanar, guiar e impulsar tu vida.
Artículo tomado de La Santa Biblia para Chicas