Cada nación nombra embajadores y enviados para representar sus intereses ante otras naciones. Como prototipo de un reino, el Reino de los cielos no es la excepción. Dios eligió comunicar el mensaje de su Reino en toda la Tierra: no a través de religiosos, sino mediante representantes personales. La estrategia elegida por Dios para proclamar su Reino fue emplear embajadores. Un embajador es una persona designada cuyo trabajo es representar y hablar en nombre de su gobierno de base ante los gobernantes de otros países. Ante los ojos de esos gobernantes, la palabra de un embajador es la del gobierno que representa. Los buenos embajadores nunca expresan sus propias opiniones, sino solamente las políticas oficiales del gobierno que los ha designado para ese cargo.
Del mismo modo, el pueblo de Dios es su embajador en la Tierra. Las Escrituras lo enseñan con claridad. Dios escogió a Moisés para liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto y para representarlo a Él delante de ellos. Los profetas representaban a Dios y hablaban sus mensajes de advertencia y juicio a una nación que le había dado la espalda. En 2 Corintios 5:20, Pablo escribe: “Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: ‘En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios”‘. Como embajadores del cielo, representamos el Reino de nuestro Padre en la Tierra. Si hemos de ser eficaces, es importante que entendamos de lo que estamos hablando.
CARACTERÍSTICAS DE UN EMBAJADOR
Un embajador es un ser político único en todos los reinos y su desempeño debe ser comprendido plenamente, con el objeto de poder apreciar el poder y la distinción de su reverente posición. A continuación hay algunas cualidades supremas de un embajador:
- Es nombrado por el rey, no votado por la gente.
- Es designado para representar el estado o reino.
- Está comprometido solamente con los intereses del estado.
- Representa físicamente a la nación-estado o reino.
- Es totalmente respaldado por el estado.
- Es responsabilidad del estado.
- Está totalmente protegido por su gobierno.
- Nunca se convierte en ciudadano del estado o reino al cual es asignado.
- Solo puede ser retirado por el rey o presidente.
- Tiene acceso a toda la riqueza de la nación por su asignación.
- Nunca expresa su posición personal sobre algún tema, solamente la posición oficial de su nación.
- Su objetivo es influenciar en el territorio para bien de su gobierno.
Todas estas cualidades y características están incorporadas en el mensaje y ministerio del Reino de Dios y son perfectamente ejemplificadas por nuestro Embajador Principal (Secretario de Estado), Jesucristo.
Todas estas cualidades también se aplican a cada ciudadano del Reino de los cielos que ha sido nombrado por el gobierno de los cielos para representar al cielo sobre la Tierra. Por esta razón, Jesús nos amonestó para que no nos preocupáramos por nada concerniente a nuestras vidas, sino que nos centráramos en el Reino; entonces, todo lo que precisáramos para nuestra vida y para cumplir nuestro propósito en el Reino sería provisto por el gobierno de los cielos.
A continuación hay algunas declaraciones y referencias sobre el trabajo de embajador, expresadas por el Rey, Jesús mismo, respecto de sus tareas diplomáticas en representación de su gobierno celestial. Estas características Él se las ha transferido a usted, como ciudadano del Reino de los cielos.
Extracto del libro Redescubriendo el Reino
Por Myles Munroe