REFLEXION VIERNES 17 DE JULIO DEL 2015
“En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero.” Salmo 73:2-4.
Es muy probable que a muchos nos haya ocurrido, alguna vez, que observando la aparente y fácil prosperidad de los injustos, sintamos esa tentadora cosquillita de la envidia, que nos quiere hacer creer que solo militando en la maldad, se alcanza prosperidad. Cuantos, contemplando esa falsa tranquilidad o comodidad, de los que hacen maldad y violencia, llegan a pensar que es en vano limpiar el corazón y lavar sus manos en inocencia. “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. Salmo 73:2-4a.
Gracias al Dios Altísimo que nos permite volver en sí y, en su presencia, comprender el fin del que practica la maldad, pues en el momento menos esperado, son consumidos de terrores y son puestos de repente en asolamiento. Cuánta razón tiene la Escritura cuando nos dice: “Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores.” Salmo 37:16.
¿Has sentido alguna vez esta maliciosa punzada en tu corazón? Detente un instante y mira al Altísimo. Él puede preguntarte hoy:… ¿Qué te ha faltado? Si miras tu vida, de seguro tendrás que reconocer las innumerables bendiciones con las cuales él te ha colmado, no solo a ti, sino a todos los tuyos. No dejes que tu corazón y tu alma se llenen de amargura. Gózate y disfruta lo que tienes, pues no posees nada que no haya sido dado, en su infinita misericordia, por el Creador, A Él sea gloria y honor por siempre y para siempre, por medio de Nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Tu palabra dice que los brazos de los impíos serán quebrados, pero que tu sostienes a los justos. No permitas que resbalen mis pies contemplando la abundancia de los que no aman tu nombre. Dame sabiduría para administrar lo que me das. Se tú por siempre mi porción y la roca de mi corazón. Toma mi mano y guíame según tu consejo, en el glorioso y poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
-Feliz Fin de Semana-
ARBEY SERNA ORTIZ