REFLEXIÓN VIERNES 28 DE AGOSTO DE 2015
“¿Se puede olvidar una esposa de sus joyas y del vestido de novia? Sin embargo, mi pueblo hace mucho tiempo que se olvidó de mí.” Jeremías 2:32.
Por todos los tiempos, siempre el SEÑOR se queja de lo fácil que nos alejamos de Él y lo fácil que nos olvidamos de las maravillas que Él ha obrado en cada una de nuestras vidas y en las vidas de todos los que nos rodean. Sólo pensando un poco, en todo lo que El Dios Altísimo hace cada segundo, en cada uno de nosotros, se nos pasaría gran parte del día.
El enamorado(a) quiere escuchar permanentemente la voz de su amado (a), verlo, acariciarlo. Una hora ó un día alejado de él ó de ella, es difícil soportarlo. Su ausencia entristece y deprime. Quien está enamorado entiende fácilmente lo que estoy diciendo, porque se acuerda del amado (a) todo el tiempo, de cada palabra, de cada abrazo y de cada beso. Ni un instante se aparta su recuerdo de la mente. Nos podemos olvidar de todo menos de ese ser que nos ha cautivado el corazón.
Está cautivado tu corazón por el Altísimo Dios? ¿Te has alejado de Él? ¿Está El siempre en tu mente? ¿Le recuerdas durante el día? ¿Anhelas estar en su presencia anhelando su divina compañía? ¿Dedicas tiempo para Él? Dios nos hace un reproche:“¿Se puede olvidar una esposa de sus joyas y del vestido de novia? Sin embargo, mi pueblo hace mucho tiempo que se olvidó de mí.” ¿Es ese tu caso?
Dios nos reclama tiempo para El. Quiere que le tengamos en nuestra mente, quiere que le veamos en las maravillas de su creación, que aún le sintamos en el aire que respiramos y le adoremos. ¿Ya dedicaste tiempo a El hoy? Puedes haber olvidado hoy algo importante, pero no te puedes olvidar de aquel que hizo el cielo y la tierra; el sol la luna y las estrellas. No te olvides de tu creador, vuélvete a Él y Él se volverá a ti.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: ”Tu guardas en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. No permitas que el afán diario me aleje de ti. Permíteme siempre al despertar, en la mañana, dirigir mi alabanza a ti que eres mi única esperanza; y en la noche, elevarte mi oración con gozo en mi alma, porque eres mi Dios, mi redentor y mi dueño. Todo tiene su tiempo y Tú me permites, a cada instante, en mi mente, adorarte y glorificarte, en el poderoso nombre de mi Amado SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA
ARBEY SERNA ORTIZ