REFLEXION VIERNES 30 DE OCTUBRE DE 2015
“Busqué al Señor, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.” Salmo 34:4.
Algunas personas dicen: No quiero molestar a Dios pidiéndole cosas pequeñas, solo clamaré a Él cuando necesite cosas grandes. Otros, para no orar, van al extremo y dicen: No hay necesidad de orar porque Él ya conoce lo que necesito. La pregunta es: ¿Por qué quiere Dios que oremos, si el ya conoce nuestras necesidades antes de que se lo pidamos? Ó, mejor, ¿Porque pedirle que nos dé algo que él ya sabe que necesitamos? En la Costa dirían jocosamente: -Cójame ese trompo en la uña.-
La verdad es que no hay nada tan pequeño que nos suceda a nosotros, en lo cual Dios no esté interesado. Tampoco hay algo tan grande en lo cual Él no pueda intervenir con su poder. Oramos no para informar, ni para instruir a Dios, oramos para invitarlo a Él a hacer muchas cosas que quiere y anhela hacer por nosotros, por medio de la oración. Él nos ordena: “Orad sin cesar.” 1 Tesalonicenses 5:17. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá.” Mateo 7:7.
Cuando Dios nos extiende esa invitación de orar en todo tiempo y en todo lugar, es porque anhela tener con nosotros COMPAÑERISMO; desea que nosotros tengamos un crecimiento en el conocimiento de Él y, finalmente, desea que tengamos una DEPENDENCIA TOTAL DE EL. Tenemos el recurso dado por el Altísimo para acercarnos a Él en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y, sin embargo, es el recurso más desaprovechado por nosotros los hombres.
La oración es un instrumento poderoso ó la llave que abre los cielos a los que creen. La oración es la forma como Dios nos une a Él. En resumen podemos decir: Pida, busque y llame. “Porque todo aquél que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Mateo 7:8. Estamos seguros que Dios responderá a nuestra oración con un “SI”, un “NO” ó, un “ESPERA” aún no es tiempo, pero El responderá porque es un Dios Bueno, Bondadoso y Misericordioso.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Tú me amas y esperas tener comunión conmigo, perdóname los segundos, minutos y aún días que me he olvidado de ti y he actuado en mis propias fuerzas, no recordando que, en tu infinita bondad, recibes mi adoración, mi oración y mi alabanza. Gracias porque a pesar de mi ingratitud, siempre escuchas atentamente a mi llamado y a mi clamor. En el poderoso nombre de mi Señor Jesucristo, respondes a mi oración por que eres compasivo, sabio y soberano. A ti sea la gloria por siempre y para siempre.“ Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ