الصفحة الرئيسية  |  إتصال  

البريد الإلكتروني

كلمة السر:

سجّل نفسك الآن

هل نسيت كلمتك السر؟

Fraternalmente unidos
عيد ملاد سعيد Fruhling !
 
مستجدات
  أدخل الآن
  جدول الرسائل 
  معرض الصور 
 الملفات والوتائق 
 الإحصاء والنص 
  قائمة المشاركين
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  أدوات
 
General: llamar a Jesús “Señor”
إختار ملف آخر للرسائل
الفقرة السابقة  الفقرة التالية
جواب  رسائل 1 من 2 في الفقرة 
من: hectorspaccarotella  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 08/01/2016 14:40

"Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo." ( CORINTIOS 1 12 : 3 )

Parece sencillo el desafío de Pablo en Corintios. Cualquiera puede abrir su boca y decirle “Señor” a Jesús. Sin embargo, este versículo tiene una profundidad que te invito a descubrir en oración, de modo que tu propia vida pueda pasar a través de él, para saber con cuanta integridad le llamas “Señor”.

No es cuestión de decirlo a voz en cuello. Jesús mismo dijo: “No todo el que me llama Señor, Señor entrará al Reino de los Cielos” (Mateo 7:21). Asumir a Jesús como Señor es también aceptar la sumisión a su Señorío, con nuestro cuerpo,nuestra voluntad,nuestras emociones y sentimientos,nuestro pensamiento y nuestro espíritu.

Es Asumir que no somos nuestros. Es someter mis decisiones, mi actividad ministerial, mi vida de pareja, la relación con mis hijos, con mis compañeros de trabajo, al Señorío de Cristo.

Es someter la salud de mi cuerpo, atenderlo adecuadamente, recurrir a los médicos aún en forma preventiva, cuidar la calidad y la cantidad de los alimentos que comemos, al Señorío de Cristo.

Es someter mi enojo con mi hermano, familiar, compañero al Señorío de Cristo.

Es someter mi voluntad y actuar en obediencia, y obediencia hasta la cruz.

Es estar dispuesto a hacer lo que Dios pida, cuando Él lo pida, donde Él lo pida, no importa lo que Él pida.

Decir que Jesús es el Señor es entendernos como esclavos voluntarios, como esclavos de amor. La palabra griega que se usa para “siervo” en el Nuevo Testamento es “Doulos”, cuya traducción es “esclavo”.

Aceptar que fuimos comprados y entonces no somos nuestros. y Jesús de Nazareth es nuestro Señor. a eso se refiere Pablo en Corintios.

Para llamar a Jesús “Señor”, debemos mirarnos al espejo y reconocernos como “doulos”, es decir siervos, esclavos. Al usar este término para describirnos estamos expresando absoluta devoción y sujeción a Cristo, estamos expresando una actitud de absoluta  obediencia hacia Él, algo a lo que no sólo los apóstoles o los pastores y ministros fueron llamados, sino todos los que somos de Cristo. Es esa obediencia incondicional la que nos va habilitar para ser siervos efectivos y eficientes.

Esa obediencia comienza en nuestras vidas cuando renunciamos a otros “señores”, nos identificamos con Cristo, descubrimos en la Escritura cuál es su voluntad, vivimos de acuerdo a ella, y conscientemente nos alejamos de intereses que son contrarios a la voluntad de Dios, aún y cuando estos intereses (gustos, hábitos, preferencias o tendencias) hayan sido importantes para nosotros en el pasado.

Estas palabras de Pablo que parecían tan sencillas de expresar, se convierten en un desafío a trabajar en el resto del tiempo que nos quede en esta vida. Y no podremos solos, es por eso que el apóstol dice en Corintios que “ nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo."

Sin el auxilio, la ministración y la provisión del Espíritu Santo, esta meta es imposible de conseguir.

Como Daniel, pudimos haber respondido, “Sí, yo puedo” , pero contestemos al mundo espiritual lo mismo que él respondió: “¡No! No puedo, PERO DIOS PUEDE”.

Que así sea.

Héctor Spaccarotella (tiempodevocional@hotmail.com)



أول  سابق  2 إلى 2 من 2  لاحق   آخر  
جواب  رسائل 2 من 2 في الفقرة 
من: Dios es mi paz مبعوث: 10/01/2016 23:50

Gracias hermano por estar cada día en este sitio, les mando muchos cariños!

bendiciones, Araceli



 
©2025 - Gabitos - كل الحقوق محفوظة