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General: EL AMOR DE MI PADRE
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 07/07/2016 19:12

EL AMOR DE MI PADRE

Una madre se quedará con su hijo enfermo hasta que llegue la cura. Ella incluso soportaría si el niño rechazara su amor. Ese hijo puede caer en pecado, sin tener en cuenta todas las palabras de orientación y corrección de su madre. Puede llegar a sentirse abrumado por el desaliento o la incredulidad, o llegar a ser orgulloso, terco y rebelde. Sin embargo, a pesar de todo, su madre nunca se da por vencida con él.

Considera la imagen de un águila madre. "Lo guardó [a ti] como a la niña de su ojo. Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas" (Deuteronomio 32:10-11). Jesús se refiere a una imagen similar cuando habla de cómo "la gallina junta sus polluelos debajo de las alas" (Mateo 23:37). En tiempos de tormenta, dicha madre oculta a sus pequeños de forma segura y amorosa, debajo de sus alas.

Aquí, estamos hablando del amor más tierno y confiable conocido por los seres humanos. Si entraras en cualquier tribunal y fueras de una sala a otra, verías a hombres jóvenes en juicios por todos los crímenes imaginables. ¿Y quiénes estarían sentadas, mirando? En su mayoría, madres.

Anda a cualquier prisión los días de visita. ¿A quién ves formando las filas para visitar a un hijo o hija en prisión? Madres, cargadas de corazón por el dolor, madres que parecen tener una capacidad ilimitada de amar y perdonar.

Hace muchos años, un viejo predicador escribió: "No sé si el hijo pródigo tenía madre, pero si la tenía, les aseguro que mientras el padre estaba en el techo esperando que su hijo volviera a casa, esa madre estaba encerrada en su habitación, orando y llorando. Más tarde, cuando todos estaban bailando por el regreso del hijo, hallarías a la madre susurrando esperanza y sanidad en el oído de su hijo".

Podemos no entender por qué Dios permite que nuestras aflicciones continúen; por qué los que amamos sufren dolor y tribulación durante tanto tiempo; por qué razón muchas de nuestras oraciones no parecen recibir una respuesta; por qué razón muchas de nuestras preguntas quedan sin respuesta. Pero Dios no está obligado a responder a todas nuestras preguntas. De hecho, puede que no tengamos ninguna respuesta hasta llegar a la gloria.

Sin embargo, hay una cosa que nunca voy a cuestionar: El amor de mi Padre hacia mí, revelado por el Espíritu santo que mora en mi interior.

DAVID WILKERSON


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 07/07/2016 19:39

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 08/07/2016 18:30




Que hermoso Hector!!  



Bendiciones y pasenla lindo! 


Araceli

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Néstor Barbarito Enviado: 08/07/2016 23:16

Podemos no entender por qué Dios permite que nuestras aflicciones continúen; por qué los que amamos sufren dolor y tribulación durante tanto tiempo; por qué razón muchas de nuestras oraciones no parecen recibir una respuesta; por qué razón muchas de nuestras preguntas quedan sin respuesta. Pero Dios no está obligado a responder a todas nuestras preguntas. De hecho, puede que no tengamos ninguna respuesta hasta llegar a la gloria.

Querido amigo Héctor:

Esto es una cosa que he comprobado muchísimas veces en mi vida. De hecho, tan sólo algunas he obtenido respuesta —casi siempre tardía— a mis preguntas. Sin embargo, aunque esto lo he experimentado tantas veces, aún no deja de angustiarme el silencio de Dios ante la inseguridad y el temor. Pese a ello, ante cada obstáculo importante, he aprendido a arrastrar tras de mí la angustia y la desazón, y a decirle a Dios: "A pesar de que mi razón me dice que el cielo es gris, yo sé que por sobre esos oscuros nubarrones que ven los ojos de mi razón, los de mi fe me dicen que es azul. ¡Así lo he visto tantas veces...!   

Alguna vez lo describí así:           

                 QUEBRANTO                                   

 

 

¿A qué cantar, me digo;  a quién cantarle?.

Mi lira  hoy sólo deja oír

acentos destemplados, doloridos.

Me pregunto a qué, sino al destierro:

la triste condición del que ha perdido

el gozo de sentirse a salvo

del temido desierto del olvido.

 

¿Cómo podré cantar los versos

de la Patria que se ve lejana,  

o la alegría que hoy parece vana,

tras los barrotes de prisión tan dura,

donde acecha la nostalgia oscura,

y como el hambre, amarga.

 

Largas horas de niebla se suceden,

los grillos enmudecen y se duermen, ,

despiertan las angustias, los dolores,

y el árido silencio asedia y crece.

 

 

En esta desazón, en esta hora

en que el sombrío desaliento aflora,

me dejaría ganar por la tristeza

si no supiera con certeza

que nunca está la Patria tan lejana.

 

¡Cuántas  veces, entreabierta una ventana

vislumbré sus campos florecidos,

sus montes y sus ríos,

y adiviné al Viñador entre las vides,

contemplando con ojos complacidos

los morados racimos!

 

¡Ay de mí ¡ si quedasen olvidados

aquellos recuerdos, o dormidos.

 


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