Paredes vacías
¡Mira Maestro!
Grandes catedrales, enormes templos
Cientos de años, enorme esfuerzo
Para alabar a Dios
¡Mira Maestro!
Las peregrinaciones, de miles sacrificando
Flagelando sus cuerpos adoloridos
Buscando Su aprobación.
¡Mira Maestro!
Los grupos de alabanza que te adoran…
Miles de watts, preciosos instrumentos
Grandes voces, coros sublimes.
¡Mira Maestro!
¡preparan Tu venida!
¡Te aman!
…¿Sabes qué veo?
Templos vacíos,
monumentos a la soberbia
Y al ego del
hombre.
¿Sabes qué veo?
Que no me han
escuchado cuando dije:
“Sacrificios no
quiero sino un corazón arrepentido”.
¿Sabes qué veo?
La versión moderna
y espiritual del circo
Que busca emocionar,
adormecer el grito.
No me buscan, no me adoran.
Se veneran a sí
mismos, son sus propios dioses.
Se visten con
apariencias piadosas
Pero están vacíos,
sus almas envejecidas.
Siguen adorando al
templo,
Ignorando que el
velo se ha roto
Y que estoy en las
calles, en cada rostro
Anhelando el abrazo
que no llega.
Paredes vacías, sepulcros
blanqueados.
Religiones de
hombre que luchan por conquistar
espacios de poder y
de riquezas,
Mientras mi Padre
es olvidado.
¡Cuántos dirán
Señor, Señor!
Y serán para
siempre expulsados.
¡Cuántos de esos
pobrecitos que lloran
¡Vendrán a Mi casa
y recibirán mi abrazo!
HÉCTOR
SPACCAROTELLA
Río Gallegos,
Argentina
tiempodevocional@hotmail.com
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