Homenaje a Pedro Valdo, un precursor
de Lutero
Mateo 19:21 —Si
quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
Me he tomado unos minutos para
investigar y escribir de un personaje de poca difusión, pero de importancia
fundamental en la iglesia cristiana. Fue precursor de Lutero, vivió entre 1140
y 1205. Pierre Valdo, o Pedro Valdo
murió en la hoguera de la inquisición defendiendo principios que hoy en día son
parte fundamental de la reforma protestante.
Fue un predicador itinerante,
considerado como uno de los precursores de la Reforma
Protestante. Impulsó el movimiento cristiano de los Pobres de Lyon, también conocidos como valdenses. Esta denominación cristiana
existe hoy en día en todo occidente. En Argentina la más importante es la “Iglesia
Valdense del Río de la Plata”.
Fue un importante comerciante
de origen desconocido, pero que se estableció en Francia donde prosperó
económicamente.
En 1173, un amigo íntimo con
quien estaba conversando, murió de repente, lo que le produjo temor y ansias de
salvación para su alma, por lo que fue a consultar con un sacerdote, que le
repitió las palabras de Cristo al Joven rico (Mateo 19:21). Se cree
que lo hizo irónicamente, ya que Valdo era uno de los hombres más ricos de la
ciudad.
Sin embargo, para Pedro las palabras del Evangelio se
convirtieron en una motivación para el giro completo de su vida. Distribuyó sus
bienes en dos fracciones: una parte para los pobres dando pan, verdura y carne
a todo el que acudió a él en momentos en que una hambruna muy grande asolaba a
Francia y Alemania. La otra parte la entregó a dos eclesiásticos para que
tradujesen el Nuevo
Testamento del latín a la lengua
romance que entonces
se hablaba hasta la frontera suiza, y envió mensajeros de pueblo en pueblo para
que leyeran la Sagrada Escritura a quienes no sabían latín.
El papa Alejandro III se enteró en 1179 de la predicación
laica de Valdo y sus compañeros y les prohibió predicar sin el permiso de
Bellesmains, el obispo local. Este consideró que predicaban un evangelio
diferente y les prohibió hacerlo. Los registros históricos indican que, ante
esta proscripción, Valdo respondió a la jerarquía con las palabras: “Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres."
Como siguió predicando, se desató el maltrato en la
sociedad, luego la persecución por la inquisición, y la muerte en la hoguera.
Los primeros valdenses predicaban el Evangelio y
aceptaban los dos únicos sacramentos apostólicos: el bautismo de los creyentes y la participación de la Santa Cena.
Consideraban a Jesús como el único mediador entre Dios y
el hombre.
Además sostenían los siguientes principios:
·
que no era necesario ir a un sitio edificado
como ‘iglesia’ para adorar a Dios, por lo que se reunían en los hogares, los
establos o en espacios abiertos.
·
Que cualquier cristiano, fuera hombre o mujer,
podía estudiar la Biblia y prepararse como predicador de la "buena
nueva".
·
Rechazaban como desviaciones romanistas:
o a)
La veneración de imágenes;
o b)
La veneración a María;
o c)
La veneración de la cruz y de las reliquias;
o d)
La transubstanciación;
o e)
La existencia de un Purgatorio;
o f)
Las oraciones a los santos;
o g)
El arrepentimiento de última hora;
o h)
La imposición de la confesión ante sacerdotes;
o i)
Las misas por los muertos;
o j)
Las indulgencias papales.
Entre otras prácticas,
denunciaban el uso de armamentos y la participación en guerras.
Sin dudas, un precursor de la fe, que inspiró una reforma que atraviesa el
cristianismo, ya próxima a cumplir quinientos años.
Mi homenaje a Pedro Valdo y a
todos los que como él, defendieron con su propia sangre principios de fe que
hoy inspiran a 1200 millones de personas.
Héctor Spaccarotella
(tiempodevocional@hotmail.com)