SIRVIENDO AL NECESITADO
Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dicen los hombres que soy yo?" (Ver Marcos 8:27). Esta pregunta está fresca y es sumamente importante hoy. ¿Qué piensa nuestro mundo secular? ¿Cuál es la percepción que tienen de la iglesia en el mundo moderno?
Por favor, permíteme decir esto lo más claro que pueda, con amabilidad y franqueza, hablando la verdad en amor. Mis viajes por el mundo me han permitido conocer a miles de líderes y estoy en contacto directo con sus iglesias. A menudo tengo miedo de ver que la iglesia moderna está deslizándose suave e inexorablemente hacia una dulce locura. Estimado lector, hay muchas definiciones de locura, siendo una de las más pertinentes: "seguir haciendo lo mismo de la misma manera una y otra vez y esperar un resultado diferente." ¡Eso es una locura!
¡Más del 90 por ciento de las iglesias norteamericanas no han tenido un crecimiento significativo en 20 años, pero no vemos ninguna necesidad de cambiar nada!
Estimado lector, Abraham, el padre de la fe, liberó a los cautivos, luchó por los pobres, consruyó pozos y alimentó a los hambrientos. Cientos de deslumbrantes promesas, duras advertencias y claros mandamientos desde el Génesis hasta Apocalipsis nos motivan, llaman y desafían a servir a los necesitados. Los profetas y patriarcas en las Escrituras enseñan y dan un ejemplo de la generosidad. La historia de la iglesia brilla más cuando ésta se dedica a la defensa de los oprimidos, y camina en su verdadera vocación y propósito. El Hijo de Dios encarnó todas las intenciones y deseos eternos, inmutables y divinos de la Trinidad cuando vino a vivir entre los más pobres, alimentó a las multitudes hambrientas, y sanó todo tipo de enfermedad y sufrimiento.
PR. CLAUDE HOUDE