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¿Se Siente Asqueroso?
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, . . . 1 Juan 1:9
Aunque la hora de irse a la cama había pasado hacía rato, el niño de cinco años le grita a la mamá: “¡Me siento asqueroso por dentro!” La cansada madre sube haciendo esfuerzo las escaleras hasta el dormitorio de su hijo. Al entrar, oye la larga lista de pecados que derrama el alma atormentada de su pequeño. Habían hablado del pecado anteriormente, pero esta vez el niño entendió cómo se siente el pecado: asqueroso.
¿Alguna vez se ha sentido asqueroso de esa manera? O tal vez se ha acostumbrado tanto a eso que ya ni lo nota. En toda la historia, siempre que se reconoció el pecado, tuvo lugar un avivamiento espiritual. Moisés necesitó quitar el pecado del campamento de los israelitas al pie del monte Sinaí (Éxodo 32). El avivamiento de días anteriores se había transformado radicalmente en rebelión abierta. El pecado grotesco estaba presente, y muchos de los israelitas ni siquiera lo sentían. Exigió la masacre de tres mil hombres purgar el pecado que había entrado en el campamento.
El peso del pecado nos agobia e impide que el Señor nos use a nuestro pleno potencial. Se necesita el arrepentimiento. Confiese su pecado ahora, y pídale a Dios que traiga renovación a su corazón y a su esfera de influencia.
PR. DAVID JEREMIAH |
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bendiga!! Gracias por estar presentes cada día
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Araceli |
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