|
El Alma Nutrida
. . . nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. 1 Timoteo 4:6b
En su obra clásica Un serio llamado a una vida devota y santa, publicado en 1729, William Law nos dio el secreto de una vida espiritual y productiva. “Nutre (tu alma) con buenas obras,” escribió, “haciéndola sabia con la lectura, iluminándola con la meditación, haciéndola tierna con el amor, endulzándola con humildad, humillándola con arrepentimiento, avivándola con Salmos e himnos, y confortándola con frecuentes reflexiones en la gloria futura.”[1]
La vida cristiana normal es de constante y continuo avivamiento. En tanto que anhelamos un avivamiento global que se riegue por toda la tierra y un avivamiento local que toque nuestra iglesia, podemos nutrir personalmente nuestra alma todos los días. Podemos crecer en sabiduría al leer la Palabra de Dios, recibir iluminación al meditar en los pasajes bíblicos memorizados, aprender a tratar a otros con la ternura del amor agape, y exhibir los rasgos dulces de humildad y confesión. Podemos estimular nuestros espíritus con himnos y cantos, y podemos confortar y fortalecer nuestros corazones al reflexionar en el cielo y las cosas de arriba.
Para que la renovación tenga lugar, sólo tenemos que estudiar la bendita Palabra de Dios y permitir que haga su obra en nuestras vidas
Pastor David Jeremiah |
|
|
Primer
Anterior
2 a 2 de 2
Siguiente
Último
|
|
Gracias hermano, que tengas una buena tarde, bendiciones!! Araceli
|
|
|
|
|