VIERNES 30 DE SEPTIEMBRE 2016
“El SEÑOR me sacó del pozo de la destrucción; me sacó del barro y del lodo. Me puso los pies en la roca, en tierra
firme, donde puedo andar con seguridad.” Salmo 40:2.
Hay un refrán popular que dice:
-Lo que nada nos cuesta volvámoslo fiesta.-
Pensaría uno
que este dicho solo es aplicable a los jóvenes, dada su inexperiencia,
pero no es así. Nos toca, tanto a niños como a jóvenes y adultos. Cuando
algo nos
ha costado mucho esfuerzo para conseguirlo, sin duda, le damos un
especial valor, lo cuidamos con esmero.
La
pérdida de la salud, la separación del cónyuge, el rompimiento de la
relación con un familiar ó un amigo, etc., son cosas
que, por lo regular, nos llevan a aprender a valorar una pérdida y, en
lo posible, nos enseña a incrementar nuestro cuidado, para no volver a
perder cosas que son de gran estima para nosotros.
A escuchado a alguien decir que su celular se le ahogó? Suena curioso, pero a muchos, este aparato telefónico, se les ha caído
hasta en el sitio más inusual como el retrete. ¿Lo han dejado abandonado ahí y lo han dado por pérdida total?
Creo que no. Sin importar ninguna circunstancia, aún con su propia mano, lo han rescatado. Pero, ¿Por qué ésa inmediata reacción?
Simplemente porque ese objeto es algo que la gente valora y que no
desea perder, porque costó mucho dinero ó es un instrumento
indispensable en su estudio ó trabajo.
A
nuestro Padre Celestial no le importó en donde nos encontrábamos
caídos, plagados con la suciedad de nuestro pecado, enlodados
en lascivias, envidias, celos, contiendas y todo tipo de inmundicias.
Sin embargo, Él ensucio sus manos por nosotros, sin interesarle el lugar
del cual tenía que sacarnos.
¿Y todo por qué? Todo porque nos ama, porque nos valora. Somos obra de
sus manos, todo porque para Él somos de gran estima. “El SEÑOR me sacó del pozo de la destrucción; me sacó del barro y del lodo. Me puso los pies en
la roca, en tierra firme, donde puedo andar con seguridad.” Salmo 40:2.
¿Sabes lo importante que eres para Él?
Somos un especial tesoro en sus divinas manos. Él si nos valora, sin interesar de qué lodo hemos salido.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:
“Gracias
por sacarme de todo aquello que impedía acercarme a ti. Gracias por el
invaluable regalo de tu Amado Hijo Jesucristo, mi roca firme, el cual me
rescató del
lodo cenagoso en el cual me encontraba. Él ofrendó su vida por mí,
pagando con su sangre divina, derramada en la cruz, el precio del
castigo que merecía yo por mis pecados.
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
Lucas 19:10.
Hoy, exaltando
y glorificando al Dios y Padre Celestial, te entrego, Amado Jesús, mis
pensamientos, mis sentimientos, te entrego mi vida, te entrego el
control de mis pasos, inunda mi corazón con la presencia poderosa de tu
Santo Espíritu y abre mis labios para darte gloria,
alabanza y adoración, por siempre y para siempre SEÑOR.” Amén y Amén.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
Arbey Serna Ortiz