- Ser real no consiste en cómo
estás hecho (dijo el Caballito de Piel). Es algo que te sucede. Cuando un niño
te ama durante mucho, mucho tiempo, no solo para jugar contigo, sino que
realmente te ama, entonces te conviertes en algo real.
- ¿Duele? (preguntó el Conejito).
- A veces (respondió el
Caballito de Piel, pues siempre decía la verdad) Cuando eres real, no te
importa que te hagan daño.
- ¿Te sucede de pronto, como
cuando te dan cuerda (preguntó el conejito) o poco a poco?
- No sucede de repente (dijo
el Caballito de Piel). Te va sucediendo paulatinamente. Tarda mucho tiempo. Esa
es la razón por la que no les suele suceder a los que se rompen con facilidad,
o tienen bordes afilados o necesitan ser guardados cuidadosamente. En general,
cuando te vuelves real, se te habrá caído casi todo el pelo, se te habrán
saltado los ojos, desgastado las articulaciones y estarás muy maltrecho. Pero
nada de eso importa, porque cuando eres real, ya no puedes ser feo, salvo para
aquellas personas que no entienden.
Margery Williams (1922)