He aquí algunos consejos que debes tener en cuenta si quieres vivir felizmente casado:
1. Asegúrate de cultivar el verdadero amor.
¿Cómo te das cuenta si vas por el camino correcto?
Pregúntate: ¿Extraño a mi cónyuge? ¿Pienso en mi pareja cuando no estoy con ella?
Pregúntate: ¿Deseo pasar tiempo con mi pareja?
Uno quiere pasar tiempo con la persona que ama porque el amor atrae, mientras que el odio separa.
Pregúntate: ¿Quiero agradarla?
Servir a la persona que amas es un placer.
Los hombres son diferentes a las mujeres en expresar amor. El hombre que ama se siente orgulloso de la mujer que tiene a su lado y la presenta a cuantas personas pueda. “Si te ama está dispuesto a decirlo a todo el mundo. “Mira, te presento a mi mujer”, “la madre de mis hijos”, “mi novia”. En otras palabras, tendrás un título, un título que va más allá del “te presento a mi amiga”, o “te presento a…” (pon tu nombre en el espacio en blanco). Esto es porque un hombre que te ha colocado en el lugar más especial de su corazón, el hombre que siente algo real por ti, te dará un título. Ese título es su forma de hacer saber a quienes están cerca de él cuán orgulloso está de salir contigo y de que tiene planes para ti. Se ve a sí mismo en una relación a largo plazo, comprometido y se lo declara a todo el que pueda oírlo porque va en serio. Si te presenta como su amiga o por tu nombre, no tengas dudas: eso es lo que eres para él y nada más”.
2. Desaprende las cosas malas y aprende las cosas buenas.
En términos económicos, la mayoría de las parejas comienzan la aventura del matrimonio con poco. Sin embargo, cada uno de ellos trae una enorme mochila de cosas no materiales. Cosas buenas y cosas malas. El contenido de ese equipaje se deja ver en breve, apenas la convivencia comienza. La forma en la que los criaron, las viejas experiencias, miedos, traumas, inseguridades, expectativas que cada uno proyecta sobre la pareja y muchas otras cosas pueden condicionar la actual relación. “Por eso, quien todavía se está preparando para casarse debe actuar como un guardia de seguridad de aeropuerto. “¡Abra la maleta, quiero ver lo que lleva dentro!”. Hemos escuchado a muchos enamorados decir: “Tu pasado no me interesa, yo solo quiero saber de nosotros de aquí en adelante”. Por supuesto que suena muy romántico, pero esa actitud no impedirá que ambos introduzcan el pasado en la relación presente. Tu pasado forma parte de tu vida, es imposible librarse de él. Pero sí es posible aprender a lidiar con él, sea lo que sea”, Renato y Cristiane Cardoso.
3. Aprende a resolver los conflictos.
La persona que dice que en su matrimonio nunca existió un desacuerdo, miente.
Los conflictos son inevitables. Toda relación tiene tiempos difíciles. Una de las lecciones más importantes es aprender a solucionar los problemas y canalizar las diferencias de manera positiva. Para ello no eludas, ignores o pospongas la resolución de tus problemas. Un gran error que cometen los matrimonios es creer que aplazar la discusión resolverá el problema. Los matrimonios de éxito no huyen de los problemas, los enfrentan. El mejor tiempo para resolver los conflictos es inmediatamente.
Cada conflicto es una oportunidad para crecer y madurar. Los esposos deben adquirir las habilidades para manejar las desavenencias con pericia y sabiduría. De todos los consejos que podríamos darte para resolver tus desacuerdos de manera positiva, solamente uno es de vital importancia: confronta el problema y no a tu cónyuge. Resolver problemas no es resolver personas. El matrimonio no es un reformatorio. Las personas no cambian a menos que ellas mismas lo quieran. Cuando discutas no trates de cambiar “al otro” sino de resolver el conflicto.
No señales las fallas de tu pareja. No descalifiques ni insultes. A nadie le gusta eso. Por otra parte, ya tienes suficientes conflictos externos que atentan contra tu matrimonio como para agregarle otro interno. No es de sabios proceder de ese modo. No necesitan ser enemigos el uno del otro. Los enemigos son los problemas que los dos están enfrentando.
¿Has hecho comentarios irónicos o sarcásticos hacia tu pareja? ¿Tienes la costumbre de “hacer ajustes de cuentas” recordando las cosas negativas del pasado?
¿Cómo manejas los conflictos en tu matrimonio? ¿Te da resultado? ¿Qué áreas son la fuente de los más grandes desacuerdos? ¿Es la forma de administrar el dinero? ¿Será acaso la disciplina con tus hijos? ¿La sexualidad? ¿Los parientes políticos?
¡Muchos matrimonios serían mejores si el marido y la mujer comprendieran que ambos están del mismo lado!