Quisimos diferenciarnos.
Quisimos romper con mandatos.
Quisimos ser modernos y renovados.
Entonces nos propusimos sacar de nuestro diccionario y de nuestras vidas…
“Esfuerzo”. Nos enseñaron que hay que vivir sin esfuerzo. Las cosas deben fluir. Le pusimos condimentos espirituales al asunto. Hoy podemos ser haraganes con el aval de estos nuevos aprendizajes. Aclaremos que el término “sacrificio” ya había sido quitado previamente, por ser considerado de mal gusto, una “mala palabra”.
“Autocontrol”. Frenar un impulso pasó a ser considerado un acto de represión y cercenamiento de nuestro ser. Hoy somos más naturales. Podemos dar lugar a nuestra voracidad sin ningún tipo de reparo. Nos decimos de todo en la cara, no importa el costo; somos auténticos. “Sólo se vive una vez” nos abrió las puertas para ir en pos de cualquier cosa que deseemos.
“Compromiso”. Aprendimos también que no debíamos atarnos a nada ni nadie. El compromiso pasó a ser considerado un tipo particular de encarcelamiento, que nos cerraba las puertas a diversas oportunidades. Entonces ingresamos a un nuevo empleo, pero ya estamos mirando a los costados por si surge otra opción que consideremos superadora. Buscamos alguna investigación tirada de los pelos sobre los animales que pudiera ser aplicada a los seres humanos, para biológicamente demostrar, que no estamos preparados para tener sólo una pareja. Ahora no nos quedamos con nada, en pro de tenerlo todo…
Hasta que un día, algunos despertaron y se dieron cuenta que…
- Por buscarlo todo, se quedaron vacíos
- Por desearlo todo, se sintieron cada vez más insatisfechos
- Por decirlo todo, lastimaban y se lastimaban
- Por esperar que todo fluya, nunca llegaban a concretar algo en su vida
- Por abandonar viejos mandatos, estaban llenos de nuevos y modernos mandatos.
Algunos sólo despertaron, se dieron cuenta, pero siguieron más o menos por el mismo sendero.
Otros percibieron la “trampa” y, además, están intentando transitar un camino nuevo.
Si la “trampa” te dejó vacío, no te quedes ahí dormido.
Si no te despertaste aún, estás a tiempo.
GUSTAVO BEDROSSIAN