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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Néstor Barbarito  (Mensaje original) Enviado: 13/05/2017 12:47


«Si ustedes, queson malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,

¡cuánto más elPadre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»

 (Lc 11,13).

  La principal ocupaciónen nuestros encuentros con Dios ha de ser pedir el Espíritu Santo. Este pedidosiempre es escuchado, porque es como pedir la gracia de la oración, ya que elE.S. es la fuente y el origen de nuestra oración. Y Dios está ansioso de que sela pidamos. ¡Y de dárnosla! 
 
   Cuántas veces creemos que oramos bien porque oramos mucho, ynavegamos por “los siete mares” del pensamiento sin recalar en ninguna bahía.Acaso recorriendo las necesidades de los seres queridos y conocidos para pedirpor ellas. Pero si nos concentráramos en descansar nuestra atención y afecto enDios, con amorosa mirada, y le confiáramos el íntimo deseo de ser poseídos;desbordados, (y permítaseme la expresión) preñados por el Espíritu Santo, Élmismo vendría “en auxilio de nuestra debilidad e intercedería con gemidosinefables” (cf. Ro. 8, 26) y llenaría nuestro corazón con laverdadera y más pura oración.
 
     El descanso amoroso en Dios suplirá con creces todos los pedidosque habitualmente le hacemos y los que hoy querríamos hacerle, porque Él conocetodos los deseos de nuestro corazón. «Deléitateen el Señor, y Él te concederá las peticiones de tu corazón» (Sal. 37, 4). 
                                                                                                                      
    Decía el beato Fray Gil de Asís, compañero de San Francisco: «Reza con fidelidad y devoción. Ponhumildemente toda la mente en Dios, y Dios pondrá en ti su gracia según le plazca»
El autor de “La nube del no saber” (anónimo inglés del siglo XIV), dice a este respecto:«Cuando la gracia de Dios llega a entusiasmarte, se convierte en la actividad más liviana y una de las que se hacen con más agrado. Sin su gracia, en cambio, es muy difícil y, casi diría, fuera de tu alcance.
Siempre que te sientas movido por la gracia a la actividad contemplativa y estés decidido a realizarla, eleva con sencillez tu corazón a Dios con un suave movimiento de amor. Piensa solamente en Dios que te creó, que te redimió y te guió a esta obra. No dejes que otras ideas sobre Dios entren en tu mente. Incluso esto es demasiado. Basta con un puro impulso hacia Dios, el deseo de Él solo».
Situarse ante Dios que habita en nuestro interior, y no dirigirse a Él con palabras, por supuesto que no parece fácil. Sobre todo para alguien que, como yo, está acostumbrado por vocación o por formación, a manifestarse a través de palabras,habladas o escritas pero siempre pensadas y escogidas. Sin embargo, los hombres y mujeres de oración aconsejan dirigirse a Él con sólo un acto del corazón: “un puro impulso hacia Dios; el deseo de Él solo”. Sin dudas el Espíritu lo puede hacer posible.
Vale la pena intentarlo, ¿no es cierto?


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Néstor Barbarito Enviado: 13/05/2017 12:52
No sé por qué se juntan las palabras. Se  ve que algunas se quieren fraternalmente y no toleran que se las separe. Pido disculpas.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 14/05/2017 23:42

Muy interesante mensaje hermano Néstor, absolutamente de acuerdo, la oración sincera hecha de todo corazón muchas veces tiene pocas palabras, Dios mira el corazón contrito humillado del que muchas veces la oración surge aunque apenas se muevan los labios. Me gustó mucho.

No se preocupe, se lee bien el mensaje, a veces pasa que nos parece que sobra un espacio y lo quitamos y luego se juntan, pero aquí lo veo bien, Dios les bendiga a usted y a Luisa, envíele mis cariños, gracias y muy feliz semana para ambos! Araceli



 
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