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Queridos todos: aún estoy enterito y "coleando". Cuando llegué esta mañana al Hospital Zubizarreta para internarme, luego de ponerme de todo corazón bajo las alas del Señor "pa lo que guste mandar", como dice el criollo, me dijeron que había una operación de urgencia: alguien tenía un agujero de bala y necesitaba el quirófano y los médicos, y demás personal. Por lo que puse un sello en mi boca para que no se me escapara ninguna palabra grosera, entendiendo que "eso es lo que Él gustaba mandar en esta ocasión", y por fin logré orar por el herido y ceder, más o menos de buen grado, mi lugar. Ahora tengo una semana más para soportar la tensión de la espera, y de paso orar por el (o la) pobre que ocupó mi lugar hoy en el quirófano. Espero que también ustedes recen por él (o ella), y no se olviden de hacerlo por mí. Gracias, un abrazo a todos, y Dios los bendiga.
Néstor
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Si, se cruza el lógico enojo y fastidio por estas cuestiones típicas del hospital publico (ya en la cirugía anterior tuviste quee vivir situaciones similares) con el sentimiento de misericordia ante el señor que te "usurpó" el quirófano. Claro que seguramente cargando una vida más desgraciada que la de uno.
Oramos, por él y por vos querido amigo.
HÉCTOR |
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Como nos bendice el Señor cuando en lugar de pedir para nosotros pedimos para el necesitado que El pone a lado nuestro! Dios está preparando ese momento en el quirófano, hermano, allí seguramente será bendecido y acompañado en el trance que deba enfrentar. Él no nos deja solos. Dios le bendiga mucho hermano, mis cariños a Luisita. Araceli |
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