REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2017.
“De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro” Proverbios 22:1.
Dios nos enseña que debemos cuidar nuestro andar, que debemos buscar tener buen testimonio ante los demás. Debemos reflejar a Cristo, en nuestra manera de hablar y de actuar.
La Fama es la opinión que las personas tienen de otras, es darle crédito a alguien, es conocerle conforme a su andar. En estos tiempos difíciles vivimos en medio de una sociedad en la cual se han perdido los valores y se da más importancia a las cosas materiales que tener un buen nombre. Por eso, muchas personas, caen en necedad, manchando su buen nombre, con negocios fraudulentos y todo tipos afrentas a la moral, que desprestigian su fama.
Indudablemente, todos tenemos una fama, ya sea en nuestra casa, en nuestro barrio, en nuestro trabajo, en nuestro sitio de estudio, entre los amigos etc. Podemos, pues, preguntarnos por qué cosas me distinguen las otras personas. Puede ser que la gente nos conozca por engreídos, por astutos, por superficiales, mentirosos, irritables, pedantes, resentidos y muchas otras características. Podemos ser conocidos tanto por nuestras cosas malas, como también por cosas buenas como por ser generosos, cálidos, amistosos, tranquilos, serviciales, etc.
Nosotros mismos nos hacemos la fama. Vamos creando nuestra reputación con el tiempo, según nuestras actitudes, acciones, decisiones y pensamientos.
¿Por qué te conocen en tu familia, en el trabajo, en la universidad, en el barrio? ¿Cuál es tu fama hoy?
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial: Es tu presencia en mi caminar diario, lo que me anima, me reconforta, me dirige y me da sabiduría para actuar con rectitud y justicia, en cada actividad que deba desarrollar. Que tu Paz haga guardia sobre mis pensamientos y mis sentimientos. Que los dichos de mi boca den siempre honra, gloria y honor al Nombre del mi SEÑOR JESUSCRISTO.” Amén y Amén.
- FELIZ FIN DE SEMANA
Arbey Serna Ortiz