FALSA SANTIDAD
¿por qué come, vuestro maestro con los publicanos y pecadores?"... Mateo 9:11
Uno de los problemas mayores a través de toda la historia de la iglesia, ha sido siempre la falsa santidad. No comas, no toques, no hagas, no te juntes, no uses esto o aquello, como si lo aparente, la cáscara fuese lo fundamental.
Sí es cierto que necesitamos ser cristianos y también demostrarlo, pero quiero referirme a la distorsión de este hecho, que concluye en el aislamiento, para lograr una falsa provisión de "santidad". ¡Cuántas veces juzgamos con total desparpajo y completa libertad, la conducta de otros (especialmente los que no nos simpatizan), por lo que tenemos a primera vista. No conocemos las razones de las circunstancias que observamos, o de tal conducta pero igual emitimos nuestro juicio echando un manto de sospecha sobre lo que no sabemos ni entendemos.
De esta manera es muy fácil equivocarse y echar sombras o manchas sobre el testimonio de otros. Dios conociendo este problema, no nos permite juzgar a los demás y lo que muchas veces decimos, son apreciaciones desde un mal punto de vista. Muchas veces lo decimos con intencionalidad, se transforman en juicios condenatorios, sin posibilidad de defensa del acusado. Dios dice: "No juzguéis para que no seáis juzgados, porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados"...y en Lucas 6:37 dice: "No juzguéis y no seréis juzgados no condenéis y no seréis condenados"...Dios sabe que somos imperfectos y con la libertad que señalamos a los demás, El podría señalarnos a nosotros infinidad de veces.
Por eso no temamos si estamos sirviendo a Dios y nos mezclamos con los que no conocen a Cristo. El apóstol Pablo dijo: "a los débiles me hago débil, para ganar a los débiles, a todos me hago de todo, para que de todos modos salve algunos", I Corintios 9:22. No existe ningún texto en la Biblia que diga, que por tener a Cristo, debemos estar orgullosos y en posición superior a los que no creen. Dios nos ordena ser humildes y amar a nuestro prójimo como Cristo lo amo. ¡Cuántas veces alrededor de una persona reconocida como pecadora, se la encierra en un círculo, pensando erróneamente que no podemos acercarnos!. ¡Rompamos ese círculo, no importa lo que piensen los demás, importa lo que piensa el Señor!. Interesémonos de su problema y traigámosle al Señor, por que también tienen un alma por la que Cristo murió
¡Señor, ayúdame a amar de esta manera!
Pedro Pablo
GRACIAS A LA HNA. SILVIA POR EL APORTE
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