Filipenses 4-6: Por nada estén afanosos. Sino sean conocidas sus peticiones delante de Dios con oración y ruego con acción de gracias.
Cuando estamos afanosos por algún motivo de preocupación, o tal vez algún anhelo inquieta nuestro corazón, sin darnos cuenta comenzamos a perder la paz. El texto que leímos nos da un buen consejo para que esto no ocurra.
Está muy bien tener aspiraciones personales y preocuparnos por nuestro futuro tanto en el área espiritual, material, familiar y aún laboralmente. Lo que no debe ocurrir es que eso nos haga perder la paz. Si la calma dominara nuestras actitudes y reacciones serían diferentes, incluso nuestro humor cambiaría afectando positivamente a quienes nos rodean.
Te ha sucedido alguna vez que luego de conversar con alguien te das cuenta que al irse te ha dejado tan tensionado, triste y malhumorado, que el día que comenzaste feliz se amargó?. ¡Tratemos de infundir esperanza y alegría! Pongamos nuestras preocupaciones en las manos de Dios y descansemos en Él. Leamos el siguiente texto: Filipenses 4-7 que nos dice:
….y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros pensamientos y vuestros corazones.
.Que tengas un apacible día recibiendo y compartiendo con quienes tengas cerca tuyo el amor, la paz y la bendición que Dios pone sobre tu vida transmitiendo a otros fe, paciencia y seguridad.
Dios bendiga mucho tu vida.
Araceli