REFLEXIÓN VIERNES 1º. DE DICIEMBRE DE 2017.
“La preocupación agobia a la persona; una palabra de aliento la anima.” Proverbios 12:25.
Al iniciar este nuevo y último mes del año 2017, que bueno pedirle a Dios que nos permita, no solo hoy, si no cada instante de nuestras vidas, edificar con palabras saturadas de gracia y que brinden consuelo a todo aquel que nos escuche. De igual manera, pedirle al Altísimo que nos permita brindar, siempre, abrazos sinceros que reconforten y levanten el alma del triste.
A nuestro paso, muchas veces, encontramos personas que en su rostro reflejan que no están pasando por un buen momento. ¿En esos instantes te sientes llamado a dar lo mejor de ti? La preocupación y los afanes perturban. La preocupación es una carga que Dios nunca quiso que lleváramos. Sin embargo, a cada uno de nosotros, en nuestro caminar diario, a veces se nos presentan obstáculos que nos roban la tranquilidad.
¿Ha escuchado a alguien decir: Necesito un abrazo ó una palabra de aliento? ¿Quién en su vida no ha requerido este tipo de reconfortante? Si un abrazo ó una palabra de aliento reconfortan, ¿Cuánto más nos reconforta el confiar todas nuestras angustias y temores al Soberano Dios que nos cuida, nos ama, nos consuela con su palabra y nos abraza con su providencia?
Si recordamos permanentemente que Dios nos ama, que Él nos sostiene y que Él nos guarda, aprenderíamos a no inquietarnos, a no desmayar y alejaríamos de nosotros el temor. Cuando descansamos en el amor de Cristo y confiamos que Él nos lleva de la mano, estaremos en paz, independientemente de nuestras circunstancias.
¿Estás preocupado? ¿Desanimado? ¿Decaído? Mira hacia arriba y pon tu confianza en el SEÑOR JESÚS. En Él encontrarás muchas razones para animarte y caminar en paz. Él también puede utilizar muchas manos para brindarte una palabra que te anime y te dé un abrazo reconfortante y consolador.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial” No hay temor en mí, porque tú estás conmigo; te llevas mis miedos. No hay abatimiento en mí, porque tú eres mi Dios; siempre me das fuerzas y siempre me ayudas. Con tu manto de gloria me abrazas y me sostienes con tu victoriosa mano derecha. Gracias, Altísimo Dios, porque siempre estás para ayudarme, cada instante de mi vida, en el glorioso y poderoso nombre de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
FELIZ FIN DE SEMANA
ARBEY SERNA ORTIZ